La escasez de gasolina y de electricidad amenaza con paralizar Nigeria

La escasez de gasolina y de electricidad amenaza con paralizar Nigeria

Lagos. A solo cuatro días de la investidura del nuevo presidente, Muhammadu Buhari, Nigeria se encuentra al borde del colapso total- la escasez de gasolina y el pronunciado descenso en la generación de electricidad amenazan con paralizar la economía nigeriana y llevar el país a una situación caótica sin precedentes.

Las grandes ciudades del país, como Lagos y Abuya, amanecían hoy con miles de personas haciendo cola en las gasolineras para conseguir un poco de combustible, que además debían comprar a un precio desorbitado -al menos el triple de lo normal- y sin ninguna garantía de poder llenar el depósito.   La semana pasada, trabajadores del sector petrolífero, liderados por los transportistas, anunciaron una huelga indefinida por las deudas de las grandes empresas importadoras de gasolina, que a su vez han detenido el suministro porque el Gobierno nigeriano también les adeuda mucho dinero.

A pesar de ser el mayor productor de petróleo de África con unos dos millones de barriles diarios, Nigeria tiene que importar el 70% de la gasolina que consume porque las refinerías funcionan muy por debajo de su capacidad y no pueden atender a la enorme demanda de combustible.   Para agravar más la situación, la generación de electricidad ha caído a un mínimo histórico de 1.325 megavatios (MW) -hace unas semanas estaba en torno a los 4.000 mw- debido al sabotaje de las tuberías de gas que alimentan las plantas eléctricas de todo el país.  

Mientras tanto, el Gobierno saliente cuenta los días que faltan para hacer el traspaso de poderes -y problemas- a Muhammadu Buhari, cuyo equipo ya ha denunciado que nunca antes un presidente nigeriano había recibido un legado tan pésimo.  

“No hay electricidad ni gasolina; los trabajadores están en huelga; debemos miles de millones a funcionarios estatales y federales; tenemos una deuda soberana de 60.000 millones de dólares y la economía está paralizada”, criticó en un comunicado el Congreso de Todos los Progresistas (APC, en inglés) de Buhari.

  Las aerolíneas han cancelado todos sus vuelos, las compañías de telecomunicaciones advierten de que, si no se soluciona pronto, tendrán que comenzar a cerrar servicios. Básicamente todos los negocios y hogares están en riesgo de quedarse a oscuras, lo que afectará a servicios públicos básicos como la sanidad.   Fuentes cercanas al APC aseguraron a Efe que el caos generado en los últimos días forma parte de una estrategia premeditada para sabotear al Gobierno entrante, que tomará posesión el próximo 29 de mayo. 

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