La escuela en el campo

La escuela en el campo

Al transitar los caminos vecinales y carreteras podemos observar a niños y niñas caminando desde tempranas horas de la mañana hacia la escuela, actividad en la que gastan diariamente una y dos horas sin ingestión previa de ningún alimento.

Este gran esfuerzo que realiza la población infantil de los campos para ir a la escuela no es retribuido por el Estado con una oferta educativa de calidad ni con escuelas y aulas en buenas condiciones para recibir docencia.

Las escuelas de los campos son las más abandonadas y precarias que existen en el sistema educativo. Mientras más lejos se encuentra el campo del centro de la ciudad más deteriorada está la escuela, en muchos casos son enramadas, no tienen ventanas, ni puertas, ni baños, ni agua, ni butacas.

La escuela rural tiende a ofrecer solo entre 1-4 cursos de educación básica y la población infantil tiene que trasladarse hacia centros más cercanos a las zonas urbanas para continuar  hasta el 6to. curso y luego trasladarse de nuevo para concluir el ciclo de educación básica hasta el 8vo. y así sucesivamente hasta concluir la educación media.

En ese proceso de movilización de un centro a otro, niños y niñas quedan excluidos del sistema educativo, muchos/as de sus padres/madres viven en la pobreza y no tienen  recursos económicos para cubrir los gastos de transporte de estos continuos traslados.

Nuestras escuelas de campo funcionan en base a los parámetros de un sistema educativo muy lejano de su propio contexto y realidad.

El aprendizaje y el enfoque educativo que reciben los niños y las niñas no está sustentado ni en los saberes previos que tiene esta población ni en su contexto rural. La población infantil campesina se educa como si viviera en la ciudad o más bien para vivir en la ciudad. La escuela va generando en ellos/as una gran separación de su realidad y unas expectativas de vida de desprecio al campo y a su contexto.

La migración es una opción de vida que la escuela fortalece y agudiza. De ahí que la misma escuela se convierte en un factor de expulsión y de migración, acompañada con las condiciones de vulnerabilidad y abandono económico del campo.

La escuela rural necesita y demanda una atención especial. La inversión en escuelas rurales que ofrezcan condiciones para una educación de calidad y adecuada al contexto rural es una necesidad para la población infantil y juvenil que vive en el campo. Esta oferta educativa debe estar acompañada de opciones educativas que fortalezcan el desarrollo rural sostenible y sobre todo el desarrollo humano.

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