La expedición del 14 de junio de 1959
Marcó el principio del fin de Trujillo

<STRONG data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2007/06/8BEF1B4B-9541-4422-BE70-ADE6BBACE2E4.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=460 data-eio-rheight=342><noscript><img
style=

POR S. ESTRELLA VELOZ
El 14 de junio  1959, hace hoy 48 años, se produjeron dos hechos determinantes en la historia dominicana: las expediciones del 14 y 19 de junio. La primera llegó al país en un avión que aterrizó en Constanza, una población turística de montaña enclavada en la  Cordillera Central. La segunda, cinco días después, por Maimón y Estero Hondo, en la costa Norte del país.

Las dos fueron fundamentales en el principio del fin de la dictadura de 31 años del generalísimo Rafael Leonidas Trujillo Molina.

Cuando los expedicionarios del 14 de junio llegaron a Constanza era domingo por la tarde. Habían partido de Cuba, donde se entrenaban militarmente con la ayuda de los revolucionarios cubanos que el 1 de enero de dicho año, encabezados por Fidel Castro, habían llegado al Poder tras la revolución que derrotó contundentemente las tropas del general y dictador Fulgencio Batista.

En Constanza, al aterrizar el avión, pintado con las insignias de la Aviación Militar Dominicana  para despistar,  se produjo una escaramuza con los militares que custodiaban el pequeño aeropuerto, quienes inicialmente reaccionaron confusos pues la llegada de ese avión no estaba pautada. Los combatientes tuvieron que tirarse a la pista con una mochila al hombro de considerable peso, en medio de un fuego graneado que no causó bajas, excepto entre los soldados, mientras el avión remontaba vuelo de regreso a Cuba piloteado por el venezolano Julio César Rodríguez y como copiloto el  cubano Orestes Acosta.

El desertor capitán dominicano Juan de Dios Ventura Simó, quien les acompañó como ingeniero de vuelo, no estaba supuesto a quedarse en territorio dominicano, pero lo hizo, a pesar de las múltiples voces de llamado del piloto Rodríguez para que retornara al avión. Ventura Simó permaneció  fue capturado tres días después en las montañas,  por un campesino que aprovechó su extremado cansancio. Inmediatamente fue llevado a la base aérea de San Isidro, donde fue torturado y fusilado.

El odio de Ventura Simó hacia Trujillo se remontaba a 1958, cuando un oficial que había sido detenido en San Isidro por sospechas de conspiración denunció a otros siete oficiales, entre ellos al que ahora venía  en plan de guerrillero. Ventura Simó fue liberado a los pocos días al comprobarse que  era una mentira del oficial que lo implicó en el supuesto complot.

En la mañana del 30 de abril comenzó a volar su avión Mustang P-51, en una labor rutinaria de patrullaje aéreo. Cuando su esposa Yolanda notó que eran pasadas las 11 de la mañana y su marido no llegaba, de inmediato sospechó lo que él le había dicho que haría: desertar, dejándola sola con dos niños, Juan de Dios y Mary Lois.

Tras su fuga a Puerto Rico, Ventura Simó fue a Venezuela donde contactó a los exiliados de la Unión Patriótica, que eran los organizadores de la expedición en Caracas. Se enroló en ella y vino, pero al ser capturado la dictadura hizo correr la falaz versión de que Ventura Simó “era un espía” cuya misión era traer  a los expedicionarios para salir de ellos. Fue llevado a cárcel de La 40 donde fue  torturaron salvajemente, a tal punto que le sacaron los dientes con un alicate, tirándole al suelo la comida para que se la comiera en la celda “como si fuera un perro”.

 Hoy día se ignora dónde está el cadáver de ese luchador contra la tiranía, pero se presume que fue asesinado y lanzado a los tiburones, en el Mar Caribe.

El grupo de 54 combatientes, más el piloto y el copiloto, habían partido después de un entrenamiento en el campamento Mil Cumbres y los que vinieron por mar el 19 de junio lo hicieron desde la bahía de Nipe..

Ese grupo fue prácticamente aniquilado casi antes de desembarcar en Maimón y Estero Hondo, pues las lanchas Carmen Elsa y Tinina fueron hundidas por la metralla de la aviación trujillista.

Los seis guerrilleros sobrevivientes de Constanza fueron Francisco Medardo Germán, quien murió en el 2003 a los 95 años; Poncio Pou Saleta, de 87 años, hoy con la salud quebrantada; el comandante cubano Delio Gómez Ochoa, que tiene residencia en Santo Domingo y recibe una pensión del Estado Dominicano.Es general pasivo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Cubanas. Tiene 77 años; Pablito Mirabal, quien vino  cuando apenas tenía 15 años. Era un excelente tirador. Igualmente indultado por Trujillo, murió hace algunos años víctima de un rayo mientras se encontraba con su novia en un parque. Y Mayobanex Vargas, de 71 años, quien vive aislado en la comunidad de Bonao, donde se dedica a la  ganadería.

   El sexto sobreviviente, Alfredo Almonte Pacheco, tras ser indultado se puso “a hablar disparates” en las calles de Villa Juana, alardeando de haber sido uno de los “barbudos”  que vino “a tumbar a Trujillo”. Fue apresado, introducido a un carro Volskwaguen del tenebroso Servicio de Inteligencia Militar (SIM) llevado a La 40, torturado y desaparecido para siempre.  Había sido chofer de taxi en Caracas.

Medardo Germán tenía 49 años cuando llegó en la expedición. Era un veterano de la expedición de Cayo Confites de 1947. Se entregó junto a Pou Saleta el 10 de junio. Estuvo preso hasta febrero de 1960, cuando fue indultado. Murió a causa de problemas de salud.

Enrique Jiménez Moya,  de 45 años, era el comandante de la expedición. Había sido capitán del Ejército Rebelde en Cuba. Cuando desembarcó tenía el grado de mayor.Se dirigió a la loma de los Mañanguises, de Tireo, pero perdió contacto con el grueso de sus tropas, compuesta por 32 hombres, el 16 de junio, después de un combate en La Guanita, del que salió ileso, trasladándose exhausto a Las Auyamas, El Río. Unos campesinos le hicieron prisionero y lo entregaron al ejército, que lo fusiló. Su cadáver fue llevado a la base aérea de San Isidro.

Las expediciones del 14 y el 19  de 1959 estaban formadas por jóvenes de diferentes esferas sociales y de variadas ideologías. Todos, sin embargo, tenía un solo propósito: derrocar la tiranía de Trujillo, que para entonces tenía 29 años oprimiendo al pueblo dominicano.

En la expedición figuraron varios puertorriqueños, cubanos, venezolanos, un norteamericano y un español.

  En Maimón y Estero Hondo murieron 144 combatientes; 96 en Maimón y 48 en Estero Hondo.Los integrantes del 14 de Junio de 1959 fueron bautizados como “la raza inmortal”. Su sacrificio dio paso al nacimiento, en enero de 1960, del Movimiento Clandestino 14 de Junio, inspirado en la expedición, convertido luego en Agrupación Política 14 de Junio, presidida por el abogado Manuel Aurelio Tavárez Justo, mejor conocido como Manolo. Ese Movimiento se creó formalmente el 10 de enero de 1960, tras una reunión en una finca de Mao, en el noroeste del país. Una delación dio lugar a una ola represiva contra los principales dirigentes, todos llevados al centro de torturas de La 40, en la zona Norte de la entonces Ciudad Trujillo.

En esa cárcel no solamente hubo torturas, sino también asesinatos brutales. Muerto Trujillo en 1961, el 14 de Junio salió de la clandestinidad, formándose la Agrupación Poílítica 14 de Junio, presidida por Manolo. En 1963, un nutrido grupo de guerrilleros, encabezados por Tavarez Justo, se alzó en armas el 28 de noviembre de 1963, en protesta por el derrocamiento de Juan Bosch, el primer presidente constitucional elegido libremente después de la muerte de Trujillo. Capturado, Manolo Tavárez y otros compañeros fueron fusilados el 21 de diciembre de dicho año.

Manolo Tavárez fue un revolucionario que fundó futuro.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas