El gran estruendo que produjo la explosión de un tanque de gas natural  que reventó ocurrido el miércoles 5 antes del mediodía de la semana que concluye en la empresa de plásticos Polyplas Dominicana en el sector Villas Agrícolas del Distrito Nacional, desnudó una más a la República Dominicana como un país violador de sus propias leyes y reglamentos en perjuicios de la ciudadanía  y del interés nacional, en beneficios de dos o tres mafiosos.

Polyplas Dominicana instada desde 1966 en Villas Agrícolas, justo cuando era un espacio adecuado para los fines de  esa empresa. ¿Quiénes violaron las leyes y reglamentos, permitiendo construcciones de viviendas familiares, escuelas y estancias infantiles alrededor de esa empresa inflamable? Sin dudas, las autoridades del ayuntamiento del Distrito Nacional, de los ministerios Medio Ambiente, Educación, Obras Públicas y demás entidades que tienen a su cargo la aplicación de las leyes desde 1966 para acá.

¿Por qué irrespetan las leyes y reglamentos una y otra vez y otra vez?Para beneficiar a grupos, empresas y a mafiosos, quienes logran jugosas ganancias no importando el daño que puedan hacerle a una comunidad, familias o al país. Nada de eso importa, lo que importa son sus cuartos, sus beneficios.

Convencidos de que aquí  “NA ES NA”,que no hay régimen de consecuencias para los mafiosos, en donde la complicidad está garantizada por adelantado, bajo esa malsana práctica hemos llegadoa donde estamos; y por eso vivimos hoy la tragedia de Villas Agrícolas.

Los daños emocionales son muy dolorosos. Lo físicos  y económicos producidos a los empleados, familiares, vecinos de la empresa hasta el momento escribir este artículo, son de 6 muertos y más de 100 heridos y quemados, la destrucción de más de 25 viviendas debido al mal manejo de las calderas, según el jefe de Bomberos de la capital.

La empresa de plásticos rechazó el informe preliminar que dio el jefe de Bomberos;pero lo cierto es que Polyplas se ha manejado muy mal con la prensa, impidiendo preguntas en la rueda de prensa que hicieron; al parecer ser no quiere asumir la responsabilidad que posiblemente le corresponde en la triste tragedia. Pero la verdad es tozuda y subirá como el colcho.

Hoy lloramos y no salimos del asombro de lo ocurrido. Especialmente, las familias sufren la pérdida de sus familiares (esposos, hijos, yernos, padres, compañeros de labores y vecinos), viendo sus familiares muertos y de qué manera, otros en los hospitales, (heridos y quemados), otros desaparecidos, 5 escuelas  y varias estancias infantiles destruidas, niños sin docencia y viviendas destruidas. Una desolación por la irresponsabilidad de las autoridades competentes.

Ahora nadie es culpable y seguimos igual, hasta que ocurra otra explosión de igual o mayor magnitud y volver a lamentarnos llorar, seguro de que no pasará nada. No hay dudas, que se requiere de un cambio de mentalidad en la sociedad. Eso esperamos.