La familia en duelo

La familia en duelo

KEDMAY T. KLINGER BALMASEDA
Si se ha perdido a un ser querido es posible que se estén sintiendo distintas emociones. Es probable que se esté triste, preocupado o asustado. Sus emociones pueden ser más intensas o más profundas que lo habitual, o estar entremezcladas de una manera que nunca había experimentado. Puede notar que su pérdida está afectando sus pensamientos y su comportamiento.

Pero todas estas emociones son reacciones naturales frente a la muerte o la pérdida de un ser querido. Son parte del proceso de duelo.

¿Qué es el duelo?

El duelo es la aflicción que sienten las personas cuando sufren la pérdida de un ser querido. Existen muchos tipos de pérdidas y no todas se relacionan con la muerte. Una persona también puede hacer “duelo” tras la ruptura de una relación íntima o después de que uno de los padres se va del hogar.

El duelo es una reacción natural frente a la pérdida de alguien importante. Es el nombre del proceso de recuperación que una persona atraviesa después de la muerte de un ser querido. Este proceso de duelo lleva tiempo, y el alivio suele aparecer en forma gradual.

Si bien todos experimentamos dolor cuando perdemos a una persona, el duelo afecta a las personas de distintas maneras. La manera en que le afecte depende, en parte, de su situación y de su relación con la persona que falleció o que perdió.

Las circunstancias en las que muere una persona pueden influir en los sentimientos del duelo. Si una persona estuvo enferma mucho tiempo o era muy vieja, es probable que se esperara su muerte. Pero perder a alguien repentinamente sin esperarlo, y ni tan siquiera con una razón “lógica”, puede ser muy traumático.

El duelo puede hacer que algunas personas se sientan culpables sin motivo alguno. Por ejemplo, dependiendo de las circunstancias, algunas personas pueden preguntarse si algo que hicieron (o dejaron de hacer) causó la muerte o pérdida de esa persona.

El proceso de duelo es muy personal e individual; cada persona lo atraviesa de manera diferente. Algunas personas buscan el apoyo de otras y encuentran alivio en los buenos recuerdos. Otras, tratan de mantenerse ocupadas para alejar su mente de la pérdida. Algunas personas se deprimen y se alejan de sus amigos, o evitan los lugares o situaciones que les recuerdan a la persona fallecida.

No importa cómo elijas vivir tu duelo, no existe una única manera correcta de hacerlo. El proceso de duelo es gradual y dura más en algunas personas que en otras. Puede haber momentos en los que pienses que nunca disfrutarás de la vida de la misma manera, pero ésto es solo una reacción natural después de una pérdida.

Lo importante es que se reconozca, que si el dolor no disminuye después de un tiempo de la muerte del ser amado, es posible que lo más recomendable sea recibir ayuda de un profesional de la conducta. Si el duelo se transforma en depresión, es elemental que lo converses con alguien. Las señales mas comunes de alerta son:  • Has estado de duelo durante cuatro meses o más y no te sientes mejor.

•Te sientes deprimido.

• Tu dolor es tan intenso que sientes que no puedes continuar con tus actividades habituales.

• Tu dolor está afectando tu capacidad para concentrarte, dormir, comer o socializar como lo hacías normalmente.

• Sientes que no puedes continuar viviendo después de la pérdida, o piensas en el suicidio, la muerte o en lastimarte a ti mismo.

La ayuda de un terapeuta profesional puede serte útil, porque te permite hablar de tu pérdida y expresar sentimientos intensos.

Seguir adelante y aliviar la aflicción del duelo no significa olvidarse de la persona que has perdido. Volver a disfrutar de la vida no significa dejar de extrañar a esa persona. Y cuánto tiempo pasará hasta que comiences a sentirte mejor no es una medida de cuánto amabas a esa persona. Con el tiempo, gracias al cariñoso apoyo de la familia y los amigos, y a tus propias acciones positivas, descubrirás maneras de enfrentar hasta la peor de las pérdidas.

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