La fiabilidad del dato habitacional

La fiabilidad del dato habitacional

Que el país acusa un déficit de viviendas es una realidad incontrovertible. El número de unidades habitacionales no crece al ritmo de la demanda de la población y ni siquiera en función de las potencialidades de la economía y los factores demográficos. Pero no podemos decir que tenemos certeza sobre los alcances de este déficit. Las cifras que ofrecen diferentes sectores están influidas por los intereses que hayan motivado los estudios que las arrojan. El real déficit de alojamientos familiares probablemente sea menos que lo que se afirma en base a estudios de diversas motivaciones. De ahí la necesidad de acometer la tarea de inventariar la falta de viviendas partiendo de esquemas y métodos internacionalmente aceptados para este tipo de trabajo.
El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo ha anunciado la conformación de un equipo técnico que se encargará de hacer los estudios que permitan contar con datos fiables en lo que concierne a déficit habitacional. Suponemos que ese equipo se tomará el trabajo de constatar no sólo el faltante de casas, sino las razones socio económicas que ponen distancias insalvables entre la familia promedio y la vivienda de costo moderado o de interés social. Saber el déficit real es tan importante como determinar sus causas y a partir de las comprobaciones poder planificar soluciones prácticas, realistas.

CMD: tregua con lanza en ristre

Waldo Ariel Suero, el casi ex presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), anuncia una tregua hasta el 26 de este mes para facilitar un acercamiento entre esa organización y las autoridades sanitarias. Como se ve, el emplazamiento indica que pasado el 26, el colegio volvería a los paros médicos y otras medidas de fuerza. Sería un gran logro si se produce un acercamiento para el diálogo, aunque sería razonable que el sector oficial no quiera entrar en conversaciones con quienes mantienen en ristre la lanza de lucha, y en cambio prefiera esperar el cambio de mandos.
Bajo la batuta del combativo Waldo, el CMD ha gastado más pólvora de la cuenta sin lograr conquistar sus objetivos. Ha empañado la huelga como método de lucha, aunque la ha destacado como medio de mortificación.

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