La “guerra” de Domínguez Brito

La “guerra” de Domínguez Brito

Claudio Acosta

A propósito  de la “guerra” que acaba de declararle al trasiego  ilegal de carbón el ministro de Medio Ambiente, el doctor  Francisco Domínguez Brito, hay que decir que  es ese el tercer frente de batalla (para continuar con el lenguaje militar) que se abre el funcionario en su sagrada misión de preservar, y sobre todo proteger de sus depredadores, nuestros recursos  naturales. Se suponía que velar por el cumplimiento del plazo de 120 días que concedió a los productores asentados en Valle Nuevo, Constanza, para que abandonen ese sobre explotado parque nacional; o asegurarse de que nadie viole la prohibición de extraer agregados de los ríos del país  mantendrían tan ocupado al ministro de Medio Ambiente que evitaría, en todo lo posible, echarse más vainas encima,  precisamente lo que ha hecho al disponer la incautación de cualquier cargamento de carbón vegetal que no tenga la identificación de las fincas forestales autorizadas para producirlo. Ese anuncio fue acompañado de una expresión que no deja dudas de su determinación de enfrentar esa empresa criminal,  que también constituye un mensaje claro y contundente para sus patrocinadores y protectores, que suelen estar del lado de la autoridad cómplice y venal: “el carbón ilegal debe ser perseguido como la cocaína”. En un país donde el principal  enemigo  de sus recursos  naturales es la debilidad de las instituciones  responsables  de su protección y preservación, es natural   preguntarse si  Domínguez Brito, que ya ha pasado por la  amarga experiencia de ir contra la corriente de su propio gobierno, podrá lidiar  con   intereses tan poderosos. Por eso es  tan importante que no  lo dejemos   solo, que lo acompañemos hombro con hombro, batalla tras batalla, en una    guerra en la que está en juego  –por si no se han dado cuenta todavía– nuestra supervivencia, precisamente la razón por la cual no podemos darnos el lujo de perderla.

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