La herencia de Balaguer

La herencia de Balaguer

MIGUEL CEARA-HATTON
Cada vez es más frecuente escuchar a los políticos que promueven la modernidad y el desarrollo del país asociándose de alguna manera con el Dr. Balaguer, ya sea como herederos o como emuladores de sus prácticas políticas. Esa conducta de los políticos post-balagueristas me llevó a preguntarme, ¿cuál ha sido la herencia del Doctor  Balaguer? Veamos primero, lo positivo:

Las contribuciones positivas las puedo resumir en los siguientes aspectos: Primero, fue el esfuerzo por reforestar el país, lo cual ha conducido al aumento de la cobertura forestal. Puede ser discutible el método pero el resultado ha sido muy positivo. Segundo, la cultura del equilibrio fiscal fue una de las características de sus gobiernos con excepción del período 1987-1990. Tercero, la política de no generar endeudamiento externo. Cuarto, la acumulación de la infraestructura física (presas, carreteras, caminos vecinales, etc.), aunque sin el mantenimiento adecuado. Su política de construcciones modificó la ciudad de Santo Domingo.

Quinto, el desarrollo del sector industrial de sustitución de importaciones (en los setentas) y posteriormente el desmonte del sector con las reformas arancelaria y fiscal de la década del noventa. Sexto, la reforma agraria y las leyes agrarias cuyo impacto se fue diluyendo por los cambios de la sociedad dominicana. A mi juicio hasta ahí llega la herencia positiva. Alguien podría sugerir que contribuyó a la transición post-trujillista, sin embargo, esa transición se logró empeñando la institucionalidad y corrompiendo el sistema político. Si alguien conoce más aportes positivos estamos abiertos a ampliar la lista.

Los aportes negativos se pueden resumir en los siguientes aspectos:

1.- La invisibilidad de la gente. Durante los años de gobierno del Dr. Balaguer hubo un deterioro sistemático, sino es que abandono, de los niveles de educación, de la salud, deterioro del salario y en general de las condiciones de vida de la gente. La calidad de vida de las personas no fue parte de sus objetivos de política.

2.- Desinstitucionalización. Fue una práctica permanente debilitar las instituciones, como fue la justicia, las prácticas recurrentes de fraudes electorales e involucramiento de las Fuerzas Armadas en la política, el deterioro del servicio exterior y, en general de todos los servicios públicos. Muchas veces, las leyes se promulgaban, pero no se cumplían, y la Constitución la redujo a un pedazo de papel. Ni siquiera pudo institucionalizar su propio partido.

3.- Fascinación por las cosas. Entender que el progreso está simbolizado por las cosas y no por la mejoría de las condiciones de vida de la gente, por eso construía constantemente, algunas cosas útiles, como presas, carreteras, etc. y otras inútiles, como el Faro a Colón. Llegó a decir, que no podía acabar con la pobreza, pero sí embellecer las ciudades.

4.- Falta de mantenimiento de la infraestructura. Una de las características de esas construcciones era que no se les daba mantenimiento y al poco tiempo de uso estaban deterioradas.

5.- Corrupción como forma de hacer la política. La electricidad es un buen ejemplo, cuando utilizó el no pago de la energía como un medio para fomentar la acumulación de capital en el sector privado. Situación de la cual hoy vivimos las consecuencias al crear una cultura del robo de la electricidad; o cuando justificó el macuteo como compensación de los bajos salarios de los empleados públicos. O cuando llegó a afirmar que la corrupción se paraba en la puerta de su despacho y no hizo nada por perseguirla.

6.- Violación sistemática de los derechos humanos. Las deportaciones sistemáticas, los encarcelamientos ilegales, las torturas y los asesinatos fueron prácticas comunes durante los doce años.

7.- Clientelismo. El clientelismo y el asistencialismo se generalizaron a través de la Cruzada del Amor, la repartición de funditas, los regalos el día de Reyes, etc. Estas prácticas de clientelismo se convirtieron en la negación de los derechos ciudadanos.

8.- Pragmatismo desposeído de todo principio ético. Todo se justifica para quedarse en el poder, entrando en una lógica del poder por el poder.

9.- No construyó ciudadanía, es decir, una sociedad donde las personas tienen derechos y deberes definidos.

10.- Deterioro de la calidad de la carrera de servicio civil.

Frente a esta herencia, me pregunto ¿cómo los políticos del Siglo XXI, del futuro, pueden declararse seguidores, partidarios, discípulos, solidarios, adeptos, acólitos, asociados, alumnos, o como quieran definirlo de semejante legado, ¿es para atrás que vamos?

Lunes, 03 de Marzo de 2008

En síntesis

Una pregunta

El autor, Miguel Ceara Hatton, plantea la interrogante: ¿Cómo los políticos del siglo XXI, del futuro, pueden declarse seguidores, partidarios, discípulos, solidarios, adeptos, acólitos, asociados, alumnos o, como quieran definirlo, de semejante legado.

¿Es para atrás que vamos? Su tesis es que Balaguer practicaba un pragmatismo desposeído de todo principio ético.

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