La herencia de Martín Lutero para el mundo

La herencia de Martín Lutero para el mundo

El próximo martes 31 se cumplen los 500 años del día que Martín Lutero, un monje católico agustiniano, colgó en las puertas de una catedral alemana sus 95 tesis que buscaba corregir las distorsiones de la religión católica vaticana en esos primeros años del siglo XVI.
La conmoción que produjo esa denuncia en el seno del Vaticano fue estremecedor en el clero y más por el tema del ataque a las indulgencias que permitían el manejo del dinero recolectado que servían supuestamente para salir del purgatorio las almas condenadas. Era para poder financiar las majestuosas obras de la Basílica de San Pedro.
Martín Lutero fue un piadoso monje agustiniano que encontró su vocación en 1507 cuando un rayo le cayó muy cerca. Él se encomendó a Santa Ana jurando que se iba a dedicar al sacerdocio. La vocación la asumió con vehemencia y radicalismo que sus superiores tuvieron que ordenarle que se dedicara a ejercicios y actividades prácticas lejos del misticismo que lo estaba llevando a la muerte.
El tema de las indulgencias que el clero vaticano propiciaba para recabar recursos para la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma fue motivo para que Lutero expresara su disgusto. Esto lo impulsó a preparar sus 95 tesis donde denunciaba todas las malas prácticas que se hacían en contra de Dios. El 31 de octubre de 1517 Lutero clavó en la puerta de la catedral de Wittenberg sus tesis que gracias al uso del novedoso invento de la imprenta en dos meses era conocida por toda Europa.
Las tesis defendían los fundamentos del cristianismo, deformado por las interpretaciones acomodadas del papado vaticano dominado por la herencia de los Borgia. Estos fueron los motores de uno de los tantos negocios espurios como el de las indulgencias. Pero esa familia, pese a sus vidas degeneradas, supieron impulsar la transformación de Europa con el Renacimiento que transformó al mundo después del descubrimiento de América.
A raíz de la rebeldía de Lutero se le inició un proceso de excomunión que culminó en enero de 1521 por orden del papa León X. Luego días después Lutero fue llamado a la dieta de Worms para que depusiera su actitud y jurara lealtad al papa. Se le entregaron los documentos para que los conociera y él pidió un tiempo para estudiarlos. Al día siguiente retornó con su repuesta de reafirmar su posición de las tesis, pero reconociendo al papa y manteniendo la acusación al clero por el asunto de las indulgencias. Escapó de Worms con la ayuda de un noble y se refugió en el castillo de Wartburg.
Para 1525 se había casado con Catalina Bora, Katy como él la llamaba cariñosamente. Ella había sido monja y con la cual procrearon seis hijos. Lutero continuó con su trabajo religioso y puso su mayor empeño en la traducción del Nuevo Testamento al alemán para darle una mayor difusión. Para 1534 había logrado traducir por completo la biblia con todos sus libros con la ayuda de eminentes intelectuales de la época y conocedores de los idiomas en que estaba escrito el Viejo Testamento.
Donde Lutero fue intransigente fue con los judíos. Se reveló como un furioso antisemita y recomendaba todo tipo de agresión en contra de ellos. Él los acusaba de los crímenes más atroces cometidos en contra de los cristianos. En particular el trato que le dieron a Jesús al llevarlo a una muerte de cruz en Jerusalén. El antisemitismo de Lutero era bien conocido por las huestes de Hitler en la década de 1930. Se dice que el origen del Holocausto con las terribles muertes de millones de judíos en las cámaras de gas tuvo estimulado por esa posición tan radical de Lutero en contra de los judíos. Él llegaba al extremo a incitar para que confiscaran las propiedades de los judíos y que se arrasaran sus viviendas y propiedades.
Martín Lutero falleció en 1546 de un infarto, rodeado de sus familiares. Había sido instigador de una revolución campesina que en Alemania terminó con una masacre de ellos. Los siervos buscaban sus derechos frente a la nobleza que los pisoteaba. De todas maneras la vida y trabajo de Martín Lutero y sus acciones fueron decisivas para el curso de la humanidad. Quizás todavía no es tiempo para ponderar serenamente un acto de reconciliación que lo traiga de nuevo al seno de la Iglesia católica a la cual defendía con tanto ardor frente a la curia corrupta que estuvo aposentada en el Vaticano.

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