La historia y el nuevo cálculo del PIB

La historia y el nuevo cálculo del PIB

Como pasado e historia no son necesariamente las mismas cosas, lo primero quizás nunca llegue a saberse, no extraña que el tamaño de la economía resulte diferente después de cambiarse métodos y fuentes de información para calcular las cuentas nacionales. Tampoco que el mayor tamaño (en US$13,431 millones, periodo 2007-2013) cambie los indicadores (económicos y sociales) y provoque contradicciones respecto a afirmaciones de las autoridades basadas en los resultados que sustituyen. Nada de eso debe extrañar.

Como el PIB está en el denominador ahora es menor la razón deuda pública/PIB, lo que no cambia es el aumento de la deuda pública no financiera, un dato aportado por la realidad, promedió US$2,439 millones, periodo 2007-2013, iniciándose la fiesta en 2008, cuando creció US$2,649 millones, un cambio del cielo a la tierra, en los años (2005-2006) anteriores promedió US$391 millones. Se espera aumente US$1,235 millones en 2014, para un balance total de US$24,438 millones, equivalente a 39.7% del PIB y 48% sumando las deudas del sector financiero y las contingentes. Los parámetros ahora se reducen.

Como el déficit en el presupuesto causó el aumento de la deuda, para reducirla el FMI recomienda un déficit estructural “cero”. Se ha dicho el del 2015 será similar al de este año, es decir, no será “cero”; de ser así, la deuda pública no financiera aumentará a US$25,673 millones en el 2015. Tampoco cambia la necesidad del déficit estructural “cero”, el gobierno se inició con el peor deterioro histórico de las finanzas públicas, sustituyó una administración caracterizada por irresponsabilidad y despilfarro, acusada por la opinión pública de corrupción administrativa masiva, superando el escenario negativo dejado por Ulises Heureaux en 1899.

Pero para el déficit “cero” es necesario aumentar ingresos fiscales y reducir gastos, proceso iniciado en 2013, bajando el déficit fiscal a 2.7% desde un promedio anual de 3.8% en los años 2008-2011 y 6% en 2012. La intención de converger a 2.7% del PIB en 2015, implica aumentar el gasto posiblemente basado en estimados de ingresos fiscales basados en el ciclo de buen precio para el oro, supuesto peligroso por su transitoriedad.

El precio del metal se relaciona inversamente con la tasa de interés y sabemos que la Reserva Federal de los Estados Unidos rebajó por sexta vez consecutiva su programa de compra de bonos y valores hipotecarios, lo que ha mantenido entre 0% y 0.25% el interés de referencia. El plan de estimulo culmina el próximo mes de octubre, iniciándose luego un periodo “de esperar para ver” si los intereses del mercado se quedan igual o suben, lo que nadie sabe, incluyendo a la Presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen. Si suben empeora el déficit del presupuesto por el aumento del servicio de la deuda y la reducción del precio del oro.

En suma, hemos planteado que historia es lo que se escribe basado en papeles y métodos específicos, que si cambian también será diferente lo que se cuenta. Por eso es que la historia no está necesariamente imbricada con el pasado. Pasa con los economistas y la profesión, el nuevo estimado del PIB es solo otra versión oficial, diferente porque los son papeles y métodos.

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