La igualdad de género, a prueba en Pinehurst

La igualdad de género, a prueba en Pinehurst

Pinehurst (Carolina del Norte, EE.UU.). “Jamás se había hablado tanto de nuestro Open como este año”, dijo a EFE la española Beatriz Recari, una de las participantes en el Abierto femenino de golf de Estados Unidos, que se disputa a partir del jueves en Pinehurst (Carolina del Norte).

La celebración, por primera vez en la historia, del torneo femenino en el mismo campo en el que el alemán Martin Kaymer conquistó el Abierto masculino hace unos días ha generado espectativas sin precedentes.

“Nuestra intención es elevar el valor y promover el golf femenino”, señalaron a EFE fuentes de la Asociación de Golf de Estados Unidos (USGA), que espera ver los resultados y la respuesta del público para replicar esta fórmula mixta en otras sedes históricas, como Pebble Beach (California) en 2019.

La celebración de los dos torneos en la misma sede “integra más el espíritu del US Open y la igualdad de atención a hombres y mujeres en el golf”, como señaló a EFE la golfista colombiana Paula Hurtado, que se ha clasificado para su primer Abierto de Estados Unidos.

Ben Kimball, encargado de replicar las condiciones de juego de la semana anterior a lo largo del torneo femenino, señaló a EFE que la intención es que las golfistas tengan que usar el mismo palo que los hombres en el segundo tiro. Además, “Las ubicaciones de los hoyos y las condiciones de los dos torneos se deciden con bastante antelación y sólo haremos pequeños ajustes en los primeros días”, dijo Kimball.

En función de los resultados de las dos primeras jornadas, uno de esos ajustes puede ser el riego de los ‘greenes’ para suavizarlos y hacerlos más receptivos, después de ver el calvario que pasaron muchos golfistas durante la semana anterior. La USGA es consciente de que el golf masculino, con distancias y potencias inalcanzables por la mayoría de los mortales, y el golf femenino, mucho más cercano al juego de los aficionados a este deporte, ocupan dos dimensiones.

“Jugar en el mismo campo nos puede ayudar a tener una mejor idea, pero son recorridos diferentes hasta que nos acerquemos al ‘green’”, dijo a EFE la golfista española María Hernández, que participa en su tercer US Open.

La celebración de los torneos en la misma sede también tiene una ventaja económica.

Aunque lejos de los casi 55.000 espectadores diarios de la semana anterior, la USGA espera una asistencia histórica con alrededor de 25.000 espectadores cada día en el torneo femenino.

La infraestructura instalada y el personal movilizado desde la semana previa en Pinehurst constituyen una ventaja considerable para el Abierto femenino, como reconoció a EFE la USGA, que no quiso pronunciarse sobre la rentabilidad financiera, pero ha aumentado en 750.000 dólares la bolsa de premios, que, con un total de cuatro millones de dólares, es la más cuantiosa del golf femenino en el mundo.

Si la promoción de la igualdad de género en el golf resulta además rentable, la USGA tendrá razones de sobra para repetir la misma fórmula. “Si siguen subiendo la bolsa de premios, estaremos aún más encantadas de jugar en el mismo campo que los hombres”, dijo a EFE la golfista colombiana Mariajo Uribe, ganadora del Abierto femenino amateur de Estados Unidos en 2007.

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