LONDRES. Unos 130 grandes empresarios escoceses o con intereses en Escocia, de sectores como la banca, el whisky o el petróleo, pidieron este miércoles votar «no» a la independencia, en la muestra más contundente hasta ahora de una posición que se adivinaba.
Las dudas de las grandes empresas contrastan con la actitud más favorable de las pequeñas, que ven en la independencia la posibilidad de tener más cerca los centros de poder.
«Como creadores de empleo, hemos examinado atentamente las tesis de ambos bandos en el debate. Nuestra conclusión es que no se han presentado a las empresas argumentos convincentes para la independencia», afirman los empresarios en una carta abierta publicada en el diario The Scotsman a tres semanas del referéndum del 18 de setiembre.
«La incertidumbre rodea a una serie de temas vitales como la divisa, el marco regulador, los impuestos, las pensiones, la pertenencia a la Unión Europea y el apoyo a las exportaciones en todo el mundo. Y la incertidumbre es mala para los negocios». «Hoy la economía de Escocia está creciendo.
Atraemos una cantidad récord de inversiones y la tasa de empleo es alta. Tendríamos que estar orgullosos de que Escocia sea un gran lugar para crear empresas y empleos, un éxito que se ha logrado siendo parte del Reino Unido».
Entre los firmantes están el presidente del banco HSBC, Douglas Flint; el director de la empresa minera BHP Billiton, Andrew Mackenzie; Ian Curle, director de Edrington, que posee las marcas de whisky Macallan y Famous Grouse; y Simon Thomson, de la empresa de hidrocarburos Cairn Energy.
Los aspectos económicos de una secesión enfrentan desde hace meses a unionistas e independentistas, a golpe de informes y de declaraciones de expertos. Dos temas son los que se han revelado más polémicos: la divisa y la pertenencia a la Unión Europea.
Los tres grandes partidos británicos han descartado formar una unión monetaria con la Escocia independiente para que la región del norte pueda seguir usando la libra esterlina, tal y como desean los independentistas. Y el ingreso de Escocia en la Unión Europea, que los empresarios consideran esencial, es incierto.
– Los empresarios no saben qué esperar – «La gente de las empresas no sabe qué esperar» de la independencia, resumió Bradley MacKay, profesor de la Escuela de comercio de la Universidad de Edimburgo, que ha escrito una breve guía para la Federación de pequeñas empresas (FSB) para ayudar a sus afiliados a entender las tesis de ambos bandos.
«Toda persona razonable parece de acuerdo en que Escocia sería miembro de la UE, pero la incertidumbre reside en el proceso y su duración: ¿18 meses, 2 años, 5 años…?», explicó MacKay. Algunas empresas, como el Royal Bank of Scotland (RBS), han mantenido una aparente neutralidad pero enumerando todos los riesgos asociados a la independencia, desde la amenaza a las notas que otorgan las agencias de evaluación financiera al entorno «presupuestario, monetario, legal y reglamentario».
Los patrones de las compañías petroleras BP y Shell han abogado abiertamente por seguir en el Reino Unido, y el sector del whisky ya había dado muestras de inquietud. Diageo, que fabrica la famosa marca Johnnie Walker, se pregunta qué pasaría con el acceso al mercado único europeo y al apoyo a las exportaciones que recibe de Londres. Otros, como la compañía de seguros Standard Life, una empresa histórica con sede en Edimburgo, amenazaron directamente con hacer las maletas e irse.