La invasión de los
libros de autoayuda

La invasión de los <BR>libros de autoayuda

La desconsideración que reciben los autores y obras de autoayuda por parte de una amplia gama de intelectuales, que consideran la producción de estos libros como la basura de la cultura, sería la razón por la cual, el gobierno de Brasil no trajo al Pabellón de la Feria del Libro 2009, ni una sola muestra de los libros brasileños escritos por Paulo Coehlo, uno de los autores más vendidos del mundo.

La distribución, venta e impacto de los libros de autoayuda han dinamizado tanto la industria del libro, que es en ese apartado donde se encuentran la mayoría de los Best Sellers internacionales.

De hecho, este tipo de publicaciones se vende en las librerias, en los supermercados, farmacias y hasta en algunos consultorios médicos que trabajan con medicina no tradicional o centros de terapias de crecimiento, naturalistas y sicólogos, lo que le garantiza un accionar mayor que los libros literarios y profesionales.

Estos libros son usados para apoyar procesos de recuperación en pacientes mentales o con problemas en sus relaciones sentimentales o sociales.

Por eso es que no hay dudas al afirmar que la mayoría de los adultos que entra a la librería por primera vez  lo hace en búsqueda de un libro de autoayuda.

En este apartado destacan las mujeres, que en su constante deseo de apoyo para sus problemas de pareja se acogen a la terapia y al libro que le es recomendado.

Por supuesto, también existe un boca a boca que hace que libros como el Manual de la perfecta cabrona se esconda debajo de la cama o la almohada de mujeres en todas partes del mundo.

Y es que los libros de auto ayuda son sobre todo un manual de la felicidad, historias que se cuentan con el fin de provocar un cambio en quien lo lee.

De hecho, toda literatura tiene la capacidad de transformar o influenciar a quien la lee, tanto en el mundo real como en las miles de historias que están contadas en libros y novelas de todos los tiempos.

Lo único que cambia es la intención. Oscar Wilde, Víctor Hugo, Shakespeare, para solo mencionar algunos, provocan con sus creaciones, reflexiones más allá de las historias y sus personajes. La pregunta es si al momento de crearlas estaban ellos pensando en vender un millón de libros y hacer mejores y más felices a las personas que los leyeran.

La felicidad

Sin embargo, hay que acotar que los seres humanos no se ocuparon de la felicidad y el bienestar interior hasta muy entrado el siglo XVIII. Se debe recordar que hasta entonces la idea del gozo terrenal estaba censurado por la Iglesia y la única expectativa estaba condicionada al paso de plano a la otra vida.

Darril McMahon, historiador y el profesor y psicólogo  Daniel Gilbert, son dos profesionales que han estado investigando, trabajando y publicando sobre la ciencia de la felicidad. Que como la de la salud, es un misterio.

Happines: a history, es el libro de McMahon en el que revisa dos mil años de literatura e historia para demostrar que este concepto es un  invento europeo muy reciente.

De este lado del mundo, hay que darle crédito a Thomás Jefferson, que en la declaración de independencia americana de 1776 incluyó como fundamental el derecho a la felicidad.

Daniel Gilbert en cambio sostiene en Stumbling on Happines que la felicidad no se busca sino que uno se tropieza con ella.

Pensando como Walter Benjamín no en qué pasa en el mundo, sino en qué se está convirtiendo, nos atrevemos a pensar que en la medida en que crecen las ventas y la necesidad de auto superarse con literatura, debe estar decreciendo la fe en el libro mayor: la Biblia, -en la misma medida en que las respuestas la tienen los otros-.

Cuando revisamos las cuentas y nos enteramos de que un autor denigrado por la crítica como el brasileño Paulo Coehlo ha vendido más de 100 millones de libros y el Nóbel Gabriel García Márquez solo 30 millones de su obra máxima, Cien años de soledad. Que el primero ha sido traducido a más idiomas que el segundo, es como para pensar que la cultura de hoy no es la cultura de ayer. Ni los lectores. Aunque haya una resistencia intelectual. Se ha predicado mucho sobre la importancia de la lectura  y tal y como dice Alessandro Baricco, el mundo está lleno de aspirantes a lectores “que no se han leído nunca un libro”.  Un universo de lectores que se siente crecido cuando tiene la oportunidad de leer y entender a los personajes de las historias planas de Coehlo.

O que responden con un sí rotundo a los libros liberadores de Og Mandino, Carlos Cautemoc Sánchez, Deepra Choprak, John Maxwell y miles de nombres más.

Y qué decir del fenómeno editorial de los últimos tiempos: El Secreto. La Ley de la Atracción. Y sus tantas secuelas.

No hay una sola condición o situación por la que esté pasando un ser humano que no  pueda ser llevada a una tesis de cómo manejarla mejor o cómo superarla.

De hecho, hasta las propias empresas han desarrollado entre sus planes de recursos humanos un mejor aprovechamiento de los talentos a través de cursos y talleres que incluyen la motivación a través de los textos de autoayuda, con el apoyo de unos especialistas que luego de ser gerentes se convierten en coaching, o sea entrenadores en la búsqueda del equilibrio mental para un mejor rendimiento laboral.

Entre los libros más vendidos de todos los listados del mundo, se mezclan los libros de historia,  ciencia, ficción, novelas con sus distintos apellidos, con los libros de crecimiento y autoayuda.   Libros vivos que provocan conferencias, talleres y la certeza de que lo leído le  beneficia directamente  cada día.  

En síntesis

Tesis sobre los libros que más venden

El autor italiano Alessandro Baricco piensa que los lectores de ahora utilizan el libro para completar secuencias de sentido que se han generado en otra parte: “lo que rechazan, lo que no les interesa es el libro que remite por completo a la gramática, a la historia, al gusto de la civilización del libro: todo esto lo consideran algo pobre de sentido”.

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