La investigación tecnológica, los procesos y la competitividad

La investigación tecnológica, los procesos y la competitividad

La competitividad de las industrias dominicanas está dada por distintos factores tanto internos como externos, que le podrán permitir o no permanecer en el mercado. El aparato productivo local se desarrolló en función del modelo de sustitución de importaciones y de medidas hasta cierto punto asistenciales. Hoy en día, la ley de competitividad industrial crea un nuevo modo de operación que actualiza a este importante sector de la economía.

Situaciones como el servicio eléctrico, los costos laborales, la corrupción y otros problemas sociales influyen en lograr  incrementar la productividad y alcanzar  nuevas cuotas de mercado para el área industrial.

Sin embargo, al margen de esos señalamientos externos existen otras situaciones que a lo interno de las industrias se convierten en escollos para  su competitividad. Se trata de cómo un “invento” pueda hacer más eficiente y eficaz un proceso industrial. Eso se logra a través de la invención, de la creación de nuevo conocimiento a través de la investigación.

Precisamente en esa “área estamos muy débiles”, nos dice la decana de tecnología e ingeniería de la Universidad APEC, Olga Basora.

“En nuestro país sólo hay 0.2 patentes por millón de habitantes. Entonces significa que estamos muy atrás y las patentes no son más que el producto de una innovación, pero esa innovación sale de un proceso de investigación dedicado y prolongado”.

Es por esto que la académica entiende que la investigación tecnológica a nivel industrial puede ser una herramienta que ayude a que las empresas industriales dominicanas superen sus problemas de competitividad. “Es la única forma que el país tiene para ser competitivo”.

Según datos de la Oficina de Propiedad Industrial, el pasado año 2008 sólo se reportaron a esa entidad 150 solicitudes de invención, cuando en el 2006 se registraron 174. En el 2007 apenas 54 peticiones de invenciones fueron incluidas.

De primer plano esto indica que el movimiento de innovación, de cambio y de renovación tecnológica va caminando muy lento a  nivel de las industrias y las empresas dominicanas.

La ingeniera Lady Bonilla entiende que el proceso de globalización y apertura comercial  ha provocado que “nuestras industrias, para ser competitivas, necesiten de la innovación como fuente primaria para alcanzar los estándares exigidos a nivel internacional y ya cada vez más a nivel nacional, y para poder desarrollar herramientas que le permitan hacer sus procesos más eficientes, eficaces y con niveles de calidad a la altura de las mejores prácticas mundiales”.

El cuadro es ilustrativo de nuestra realidad: República Dominicana está en rojo en cuanto a los avances científicos y tecnológicos, mientras Costa Rica, nuestra competidora más feroz en el DR-CAFTA, lleva las de ganar. En el Reporte de Competitividad, mientras más alta es la puntuación peor es la ubicación de la nación que se analice.

Falla de procesos y problemas de calidad

A nivel de los procesos industriales hay distintos elementos que también son causantes de un desmedro de la competitividad de las industrias dominicanas, sobre todo de las pequeñas y medianas.

La ingeniera industrial Patricia Muñoz expresa que el “mayor problema radica en lograr la excelencia diaria, en cada una de las actividades que, sumadas, conforman nuestros procesos y logran o no alcanzar nuestros objetivos”, debido a que no se pueden llevar a cabo con exactitud.

En ese sentido expresa que la ingeniería industrial “es una de las carreras más amplias y puede aplicarse en literalmente todas las áreas de cualquier empresa, de manufactura o servicio”, para mejorar los procesos “desde el control de calidad, inventario, manufactura hasta la supervisión y el trabajo en equipo”.

Lady Bonilla indica que los principales problemas a nivel de procesos que tienen las industrias tienen que ver con la falta de estandarización y documentación de los pasos para producir un producto y que las PYMES estén enfocadas sólo en evaluar su rendimiento en unidades producidas por horas trabajadas, buscando producir más para tener una mayor rentabilidad.

Bonilla explica que en muchas PYMES “aún se trabaja con la cultura del empirismo, donde ningún proceso está documentado y por lo tanto garantizar que lo haremos igual cada vez  se hace imposible. Es la estandarización uno de los grandes pilares para garantizar una buena calidad”.

Un aspecto donde hace falta apoyar con mejoras tecnológicas es el que tiene que ver con los aspectos de mantenimiento y ajustes de maquinarias obsoletas, lo que impacta en el desenvolvimiento eficaz de las actividades productivas, debido a la ausencia de dispositivos que permitan identificar errores puntuales. “He aquí la importancia del desarrollo de planes tecnológicos y la utilización de dispositivos a prueba de error, de manera tal que se garantice la consecución normal de la tarea durante los turnos de trabajo”.

Bonilla asegura que “uno de los más grandes problemas que nos aquejan es la falta de innovación y búsqueda de nuevas formas de hacer más eficientes y eficaces estos procesos, así como muy poca o ninguna inversión en investigación y desarrollo tecnológico para la mejora”.

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