La JCE ante su reto más difícil

La JCE ante su reto más difícil

La Junta Central Electoral (JCE) ha formalizado el inicio de la campaña electoral. Sí, formalizado, porque la campaña electoral arrancó hace tiempo con la modificación constitucional que reinstauró la reelección presidencial. A la Junta hay que reconocerle la transparencia y el tacto conque hasta ahora ha manejado cada aspecto de la organización de las complejas elecciones de mayo próximo. Lo ha demostrado recientemente al renunciar a recurrir una sentencia del Tribunal Superior Administrativo, objetada por muchos, que desconoce sus facultades para distribuir las diputaciones.

A la JCE le esperan desafíos mayores, y uno de los más difíciles podría ser lograr moderar la actitud avasallante de un partido de Gobierno con todos los recursos a su disposición, más el control casi absoluto del Congreso y los municipios. Ejercer su facultad de procurar la equidad para que todos los partidos tengan igualdad de oportunidades y acceso a herramientas de campaña habrá de ser una prueba difícil de superar para el tribunal electoral.

Cada acto oficial es a la vez una plataforma de promoción política para el Presidente y candidato a la reelección, pero esa es una ventaja difícil de segregar en aras de la equidad. Ese defecto genético de nuestra democracia ataría de manos a la JCE, si acaso intentara grados de equidad para todos, como dispone la Constitución.

Los hechos y la percepción

No hay un dominicano que, directa o indirectamente, no haya sido perjudicado o lesionado por la delincuencia, por la inseguridad. En la encuesta Gallup-Hoy cuyos resultados ha estado publicando este diario, el 56.2% de los consultados juzgó la delincuencia como el principal problema de este país. No se puede catalogar como percepción el sentimiento de inseguridad y temor que anida en la gente por causa de los abundantes y frecuentes homicidios, atracos y robos.

La percepción describe tanto la acción como la consecuencia de recibir mediante los sentidos las imágenes, impresiones o sensaciones externas que se derivan de los hechos. En este país la gente se siente insegura por una percepción basada en la realidad de que en cualquier parte y en cualquier momento se puede ser víctima de un acto delictivo.

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