La legalización y despenalización de la marihuana

La legalización y despenalización de la marihuana

Psiquiatra Jose Miguel Gómez.

La marihuana está de moda. El Uruguay han decidido legalizarla; el Estado la va a producir, controlar, vender y distribuir tanto dentro como fuera del país. Buscan terminar con el mercado ilegal, a través de la venta pequeñas porciones para el uso recreativo y para el uso medicinal. De verdad, no sé hasta dónde se tiene normatizado y reorganizado los controles para el uso de marihuana en menores de edad; o del aumento de nuevos usuarios, y de los posibles poliusuarios que genera el consumo de ésta junto con otras drogas. Además, de las consecuencias de un turismo en busca de un consumo alegre, y de mayor riesgo psicosocial. Recientemente, también en Denver (Colorado) se legalizó la venta. Luego empieza la cuidad de Washington, y otras ciudades de EE.UU. Hace un par de décadas, Holanda fue el primero que permitió la compra y el consumo de la marihuana, pero no el cultivo. Coffeeshops es la venta en locales autorizados que ha seducido el turismo del porro. Lo mismo pasa en Portugal, y recientemente en Berlín quieren introducir la modalidad de Holanda. En México y algunos de los países de Latinoamérica se habla de la despenalización que consiste en tratar a los usuarios y adictos como enfermos, para integrarlos a programas de rehabilitación y desintoxicación, y dejarle de verlos como delincuentes que terminan crónicos en el sistema carcelario sin ninguna respuesta institucional. Esos jóvenes y adolescentes que se inician en el consumo de forma recreativa o por influencia de grupos y se van convirtiendo en usuarios impulsivos que deben recibir tratamiento.

La marihuana la han ofertado como una droga milagrosa, recreativa, medicinal, noble, que no tiene consecuencias en el cerebro y la conducta. Los psiquiatras que por años hemos observado el patrón de consumo y la conducta del que usa y abusa de marihuana, sabemos cómo se altera la química cerebral, el humor, las emociones y la conducta. La marihuana produce déficit cognitivo y un síndrome desmotivacional, que hace al consumidor padecer de irritabilidad, alteración del impulso, falta de concentración y de consistencia del proyecto de vida. Pero, también, la marihuana sirve de puerta de entrada, junto con el alcohol, al uso de otras drogas, produciendo tolerancia, y un uso impulsivo y de conducta riesgosa. Sin embargo, tanto en Uruguay como en Colorado no emprendieron Políticas Públicas con programas de consumo responsable, en las escuelas, universidades, iglesias, familias y grupos vulnerables. En Colorado, las autoridades estiman que los beneficios por las ventas pueden ascender a 578 millones de dólares; incluido unos 67 millones de dólares solo por los impuestos de la marihuana. Si las sociedades del mercado y de la economía del consumo observan que la legalización de la marihuana es rentable y deja grandes beneficios al Estado, de seguro que optarían por participar en el negocio, aunque después tengan más crímenes, más suicidios, más accidentes de tránsito, más jóvenes sin proyecto de vida deambulando sin propósitos; y más personas con trastornos mentales inducidos por la marihuana. Sencillamente, hay que esperar 10 ó 20 años después, para ver cuáles han sido las consecuencias y los riesgos en términos psico-sociales.

La República Dominicana que no copie estos modelos y que no aparezca alguien que vea los beneficios de los impuestos como Colorado. Este país no cuenta con la fortaleza institucional: en la justicia, policía, sistema carcelario, salud, educación y políticas públicas para pensar en legalizar o despenalizar la marihuana. Podríamos revisar la Ley 50-88 y sobre las políticas públicas del consumo responsable para darles respuestas a los usuarios de pequeñas porciones para que reciban el tratamiento y los programas de rehabilitación de drogas, y no sean tratados como rateros y delincuentes, sino como enfermos que necesitan respuestas.

Publicaciones Relacionadas