La magia del valor agregado

La magia del valor agregado

Somos suplidor importante de banano, cacao y vegetales orgánicos. El mérito de estos bienes es el valor agregado de estar libres de residuos de agroquímicos nocivos. El exigente público que los consume paga bien por esa particularidad, y la demanda es creciente. Pero a pesar de este éxito, no somos dados a enfatizar en agregarle valor a lo que vendemos hacia afuera. No solo en materia de cultivos, sino también en bienes industrializados. Exportamos cacao en vez de golosinas de chocolate, y mineral de oro en lugar de joyas. Ni siquiera hemos explorado lo suficiente la posibilidad de industrializar muchos de los bienes que ahora vendemos como materia prima con muchos altibajos de precio y demanda.
Una preocupación que expresan frecuentemente actores del sector económico es el déficit de nuestra balanza comercial. Pero la relación entre nuestros ingresos de exportación y los egresos por importación no solo se debe a insuficiencia relativa de volúmenes de bienes externados, sino también y fundamentalmente al relativo bajo valor de los mismos. No hay duda de que tenemos que aumentar nuestros volúmenes de ventas al exterior, pero también tenemos que ser persistentes en la gestión de agregarle valor a lo que vendemos. Banano y cacao orgánicos son dos muestras exitosas de realce de valor de bienes exportables. Apostemos entonces a esta fórmula rentable.

Justicia a cuentagotas

Desde 2015 cuando desapareció esta niña inocente, el nombre Carla Massiel está inscrito en el registro de las atrocidades repugnantes cometidas en este país y que han tenido a niños como víctimas. Su caso se mueve lento, entrampado en los laberintos que lo retienen por medio de incidentes y reenvíos. El más reciente tropezón se produjo cuando el Tercer Juzgado de la Instrucción reenvió para el 20 de octubre de este año la audiencia preliminar. ¿Motivo? El principal implicado en su asesinato acudió a la cita sin abogado. Este es el quinto aplazamiento del proceso.
Las tácticas dilatorias en procesos penales son un arma socorrida en este país. Si bien es cierto que no es saludable para la sociedad una justicia festinada al vapor, tampoco lo es cuando se aplica a cuentagotas. El país espera consecuencias por esta barbaridad.

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