La médula, la Cordillera y la vida del país

La médula, la Cordillera y la vida del país

Casi a coro hablamos todos los días de Valle Nuevo, de la Cordillera Central, del daño ecológico, de los intereses económicos y políticos que se han asentado en la parte más vulnerable de la llamada Columna Vertebral de la isla.
Es sin dudas el lugar donde nacen los principales ríos del país, por lo que los medios se llenan de opiniones y las redes sociales actúan con dureza ante el crimen que se ha plantado en Valle Nuevo.
Viendo la magnitud del problema y pensando en la función de la médula espinal, que es la parte del sistema nervioso que transmite los mensajes desde el cerebro y hace posible la vida de los seres humanos, reparo en que la Cordillera es la médula de la vida del país; los mensajes que recibimos llegan a través de los ríos, que son venas de agua que fluyen desde las montañas como señal de vida.
El símil de la médula con la Cordillera Central es para pensarlo en serio. No es un juego, es un asunto de vida o muerte. Si no tenemos agua no tendremos vida.
En el año 1962 la zona hoy en conflicto fue declarada como vedada, en el año 1983 como reserva científica y en el año 1996 como Parque Nacional. A ninguna de estas declaratorias se le hizo caso y hoy es un grave problema que debemos enfrentar cómo se defiende la soberanía nacional.
Sí, es un asunto de soberanía porque el agua dulce es el patrimonio inalienable de todos los dominicanos para garantizar la sobrevivencia de las futuras generaciones. Es el legado que dejaremos. Hay que preservarlo.
El agua es un bien finito y estratégico no solo en el país, lo es en todo el planeta y se presume que una tercera guerra podría desencadenarse por el agua dulce. Si la tenemos en la isla debemos protegerla con garras. No podemos ni debemos permitir que grupos se apropien de ese patrimonio; de hacerlo estaríamos atentando contra la vida de millones de dominicanos.
Seremos una verdadera sociedad organizada cuando todos respetemos las reglas, las leyes y las normas. Quienes reclaman que invirtieron en Valle Nuevo deben reconocer primero que violaron las normas y deben atenerse a las consecuencias, sobre todo porque no son pobres, sino oportunistas que se aprovechan del microclima único de la zona para “producir”. ¡Qué bueno es así!, cuando en el territorio existen cientos de miles de tareas de tierras cultivables que con las nuevas tecnologías en cualquier lugar se puede sembrar. ¿Por qué en Valle Nuevo? Ah, porque saben que es un bien estratégico e invirtieron para que después nadie los pueda sacar de ahí. Le llegó su ahora. La zona debe ser recuperada como se recupera la soberanía nacional.

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