La mejor obra de la Creación

La mejor obra de la Creación

El Sumo Creador, en su sabiduría infinita, ha dispuesto todo en el Universo en un orden lógico y organizado de forma que la vida de todo tipo se desarrolle armónicamente para asegurar la continuidad de las especies, en particular de la humana.
De ahí que la función más hermosa de la vida, que es el engendrar y procrear una criatura, conlleva a que la mujer la cumpla en sus años de juventud y de mejores condiciones físicas. Así le permite llevar a cabo la enorme tarea de conformar, moldear una conducta, una voluntad y una conciencia. Ese es el plan divino de la Creación.
Ese objetivo de la creación lo vemos a medida que transcurran nuestros años en la Tierra. Superada la etapa de la juventud, es que podemos disfrutar de los hijos viéndolos a ellos mismos en su etapa de criar a los suyos, cuidándolos y orientándolos. Así se cumple el objetivo de la Creación. En esta era que vive la humanidad tal cosa ya no ocurre así, ahora estamos inmersos en una sociedad con una familia desintegrada, símbolo de la humanidad en el siglo XXI.
El amor de madre, tan exaltado por todos los seres humanos de diversas capacidades intelectuales, reviste características muy especiales. Desde la Madre que vivió el sacrificio y la angustia de ver al hijo morir en la cruz, hasta las demás madres verlos caer asesinados por los delincuentes y hasta autoridades deshonestas que acosan en todas las ciudades del mundo a las sociedades de hoy en día.
Cada uno de nosotros tenemos recuerdos muy especiales del amor de madre, lo atesoramos en nuestras intimidades y a veces ni siquiera lo compartimos con lo más querido del momento. Tan solo vivirlo en la intimidad de nuestras soledades y en momentos que el desánimo nos apresa. Anhelamos tener a nuestro lado a aquellos seres que recordamos por el apoyo que nos dispensaban con ternura y abnegación protectora y quisiéramos tenerlos como un sostén de nuestra vidas.
La mujer como madre adquiere una dimensión muy distinta a su propia naturaleza. Adquiere una solidez como procreadora de vida, ya que ella es la única que puede cumplir esa función de la continuidad de la especie. Por un tiempo deja de ser el objetivo sexual masculino, que gracias a ese ayuntamiento, la llevó a ser portadora de una nueva vida.
La mujer se engrandece cuando llega a ser madre. Mas en este siglo XXI, cuando al cumplir obligaciones laborales, las logra compartir con su entrega a ser madre. Esta condición adquiere dimensiones colosales, ya que por las exigencias de la vida moderna tiene la mujer que incorporarse al mercado laboral, descuidando la formación del hijo. Esa criatura casi siempre cae en manos de personas ineptas. Estas distorsionan de mala manera la formación del niño, inculcándoles malos hábitos, mientras la madre cree que los dejó en buenas manos.
En estos tiempos, la pareja está empujada por las necesidades sociales de la sociedad moderna, a un elevado nivel de consumo y de ostentación. Esto obliga a que cada vez se busquen ingresos adicionales para codearse con los amigos de más nivel económico, o imitar a los que ven figureando en las revistas sociales de los diarios nacionales. Se descuida la atención a los hijos. En los figureos sociales se distinguen los de alto nivel de ingresos y poder de ostentación en las actividades donde se reúnen, para, en una competencia exhibir sus trajes y aditamentos de último modelo, así como los caros relojes, carteras, lentes, bisutería y zapatos. Y eso, aparte del vehículo del año.
En la víspera del día consagrado a homenajear con amor al ser querido que nos dio la vida, pese a que siempre lo llevamos en nuestros corazones, va nuestra ofrenda con un gran significado del amor y ternura que ellas nos profesaron por primera vez, cuando éramos seres indefensos y débiles en su regazo.
A la madre, que irradia su luz desde la Tierra, les entregamos en su regazo una ofrenda de amor. A las que ya moran en las moradas celestiales, les elevamos una plegaria a Dios para que sus almas tengan el merecido premio y eterno descanso por haber cumplido en la Tierra su rol de formación de nuevos seres útiles a la sociedad.

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