Aunque sus síntomas no pueden poner en peligro grave la salud, sí complican el día a día ya que limitarán o impedirán desarrollar muchas tareas cotidianas.
La sensibilidad a la luz y al sonido, los trastornos visuales o el cansancio e insomnio pueden no permitirte concentrarte al trabajar. Las náuseas y vómitos pueden obligarte a aplazar o cancelar los planes del fin de semana.
El 20 % de hombres y el 30 % de las mujeres afirman que pierden el 10 % de sus jornadas laborales por causa de la migraña. Y no sólo eso, sino que el 45 % de las personas con migraña reconocen que se han perdido actividades sociales y de ocio por esta enfermedad. Por tanto, ¡no es un simple dolor de cabeza!, se trata de una gran carga que te hace ser menos productivo, tanto en el trabajo como en tu vida personal.
Cada año, 3 % de los pacientes con migraña ‘cronifican’ su enfermedad, y 6 % pasa de tener una migraña episódica de baja frecuencia a una de alta frecuencia, con más de 15 crisis al mes.
Los pacientes con migraña crónica consumen cuatro veces más recursos que los que tienen migraña episódica, consultan dos veces más al médico de atención primaria y tres veces más al neurólogo.