La muerte de Senna; el punto de inflexión en la seguridad de la F1

La muerte de Senna; el punto de inflexión en la seguridad de la F1

PARÍS. Las muertes del brasileño Ayrton Senna y del austriaco Roland Ratzenberger, en mayo de 1994 en Ímola, obligaron a la Fórmula 1 a poner todo su empeño en mejorar la seguridad, con excelentes resultados, ya que desde entonces no ha fallecido ningún piloto, aunque el riesgo sigue existiendo.

La seguridad sigue siendo una prioridad, por lo que un seminario se celebrará en Ímola el jueves coincidiendo con el 20º aniversario de la muerte de los dos pilotos.

«El fin de semana de Ímola fue un punto de inflexión para los cambios», señaló Max Mosley, entonces presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).

«Su muerte fue un gran impacto, reconocida por todos, incluidos los pilotos, ya que era el número uno. Además su personalidad hacía que todo el mundo le apreciara», añadió Mosley sobre Senna.

«Si no hubiera sido Ayrton, sin duda hubiéramos seguido de la misma manera y hubiera habido otra muerte en cuatro o cinco años», dijo.

De hecho, diez días después del drama de Ímola, en Mónaco, el Sauber del austriaco Karl Wendlinger voló sobre un bache a la salida del famoso túnel del circuito del Principado. El piloto estuvo diez días en coma y pudo continuar su carrera pero en categoría GT. Después los accidentes han continuado, pero siempre de menor gravedad. Las mejoras emprendidas por la organización en todos los sectores concernientes a la seguridad han dado los resultados esperados.

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