La sonda Tess de la NASA emprendió ayer la misión de encontrar nuevos mundos alrededor de estrellas vecinas que tengan la capacidad de albergar vida. El cohete Falcon de SpaceX que llevaba el telescopio despegó al anochecer, con el objetivo de alcanzar una órbita que llegue hasta la Luna. Tess —siglas en inglés de Satélite de Estudio Exoplanetario de Tránsito— escudriñará casi todo el cielo durante al menos dos años, comenzando por las estrellas más brillantes y cercanas en un intento de encontrar e identificar planetas a su alrededor. Se inspeccionarán cientos de miles de estrellas, con la esperanza de descubrir miles de exoplanetas, o planetas fuera de nuestro propio sistema solar. Planetas rocosos y helados, gigantes de gas y, posiblemente, mundos acuáticos. .