La nueva SCJ

La nueva SCJ

Desde Santiago de los Caballeros, el 23 de diciembre último, el presidente Leonel Fernández, en forma directa y descarnada, para no apelar a otro término parecido al último, confesó a los medios de comunicación algo que todos a priori intuimos, y es que actuó como juez en la escogencia de las Altas Cortes.

En efecto, todo se trató de un acto previamente diseñado, calculado, si no con alevosía, cuando menos con una matemática premeditación, y para justificar lo injustificable, se esgrimieron juicios de valor hueros.

El presidente Leonel objetó la ratificación de la jueza de la SCJ  Eglis Margarita Esmurdoc adujendo que no era imparcial, pero escogió al doctor Mariano Germán para presidir el más alto tribunal judicial, sin que exista justificación válida para exonerar su parcialidad moradita. Con su hermano director de INAPA y su hermana ministra de la Mujer, no hay imparcialidad justificable. ¿O la puede haber? En la votación para presidir la SCJ el doctor Julio César Castaños Guzmán, que sí ha demostrado hasta la saciedad imparcialidad y apoliticidad presidiendo la JCE, recibió ocho votos y el doctor Germán siete, pero el presidente Leonel impuso a éste, vulnerando el principio democrático de la mayoría que decide.

Porque cuando la mayoría no es la que decide entonces las lecturas son arbitrariedad, secuestro de la democracia, asomos de autoritarismo y despotismo ilustrado.  Alusivo al depuesto presidente de la SCJ, doctor Jorge Subero Isa,  desempeñó con pulcritud altamente referencial por l4 años esa poltrona y realizó una gestión renovadora y trascendente, reorganizando las estructuras físicas  y estatutarias como ningún otro, culminando su histórica gestión rechazando la nominación de juez de la SCJ.

Con las letras del merengue que popularizó el desaparecido Rico López, el país, agradecido, puede entonar un váyase en paz mi compadre, Jorge Subero Isa.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas