La página. XX o XY.

La página. XX o XY.

XX o XY. Sí, la genética es fascinante. Los cromosomas son segmentos largos de ADN que se encuentran en el núcleo de las células. Al igual que las sandalias Charlotte Olympia, o cualquier marca afín, vienen en pares. Normalmente cada célula de nuestro cuerpo tiene 23 pares (46 en total), la mitad de origen materno y la otra mitad, del padre. Dos de los cromosomas, Y – X determinan el sexo, y, como su inteligencia superior, complementada con la lectura regular de esta columna, les habrá hecho notar, se denominan cromosomas sexuales. Los científicos del mundo entero tienen sus ojos puestos en nuestra media isla. ¿La razón? El surgimiento de un nuevo cromosoma endémico –al igual que la cigua palmera, y el Forty Malt– llamado $. Si se combina con la X, es decir $X, tiene como resultados criaturas irresistibles capaces de enloquecer a los hombres y sus black credit cards, cual canto de sirena, lo cual tiene como efectos secundarios joyas, viajes, y detallitos así. Siguiendo con las actividades de nuestra calurosa, polvorienta y no obstante encantadora ciudad, los hará mejores personas saber que mañana, en el siempre de moda SBG, será la presentación formal de su brunch, con un menú exquisito –desde raw bar hasta finger food–, cuya bebida oficial será Perrier Jouet, lo cual promete una velada “florecida” e inolvidable. Por otro lado, abrió sus puertas la Trattoria Pizzarelli, cuyas pizzas napolitanas, elaboradas en un horno que vino de “fuera” en apenas 90 segundos son tan deliciosas que te dan deseos coger el teléfono y llamar a tu personal trainer y decirle: ¿Aló, Fulanito (poner el nombre de su preferencia aquí)?, ¡ay ya, no podemos vernos más, quiero ser gordita y feliz! Por cierto, en la puerta, un cerdito rojo, llamado Severino, era una especie de peaje donde todos se retrataban tan sonrientes como si la harina y los carbohidratos fueran un mito. En otro orden de ideas, la tienda Lumière ofreció un coctel donde los invitados pudieron apreciar que su objetivo es crear espacios acogedores a través de efectos visuales, y tratar de provocar los sentidos. O sea, todo el vivo luce gracioso con esas luces. A propósito de gente linda, Dinorah Grullón y Gabriel Garrido ofrecieron una espectacular fiesta con motivo de su compromiso, en Avec Lounge, que reunió más gente bella que flamencos en el closet de la “Jipi ner” (Si, esa misma The Hippie Nerd). Gabriel, vestido por José Jhan, y Dinorah, en un mullet rojo de Oriett Domenech –aquí todo el mundo tiene la sana costumbre de comprar Vogue, así que no es necesario explicar que es un mullet– se pasaron la noche bailando junto a sus amigos y familiares. Luciendo fenomenal, Ana Grullón, que vuelvo a insistir, tiene piel de ángel, como si no le diera ni calor ni pique y mucho menos chikungunya, María Elena Piantini, Babette de Moya y Rosa Hernández de Grullón, con un pantalón que susurraba “lo siento, no soy de fabricación masiva”. (Las cosas finas no gritan). El ambiente incluyo confeti, cambio de vestuario de Dinorah –corto, de Elizabeth and James – y una legión de mozos que mantuvieron a todos hidratados (a base de burbujitas), y cleaneating (con los pepinos, limones y romeros de los gin tonics). Y para finalizar, volviendo al fenómeno que nos afecta, sí, ese mismo, el de los cromosomas $X, todo parece indicar que una revista que saluda fue que abrió la caja de Pandora. Pero la moraleja es que hasta las black cards… tienen un límite…

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