Río de Janeiro. La primera medalla que entregará el atletismo olímpico en Río se irá para África y muy probablemente recalará en Etiopía, de no mediar un cataclismo en el estadio Olímpico, este viernes.
La final femenina de 10.000 metros, a las 11.10 de la mañana, ofrece a la etíope Tirunesh Dibaba la oportunidad de convertirse en la primera atleta que logra tres títulos olímpicos consecutivos en una prueba individual. Desde su victoria en Londres 2012, Tirunesh ha sido madre y ha probado suerte en el maratón. En Río regresa al 10.000 pero sin la responsabilidad de ser la favorita. Su compatriota Almaz Ayana, campeona mundial de 5.000, lidera la lista mundial del año en los 10 km con 30-07.00 y también Gelete Burka la supera en marca esta temporada (30-28.47).
La única oposición al trío etíope procederá de Kenia, como es tradicional. La pequeña Vivian Cheruiyot, campeona del mundo y bronce olímpico en Londres, es rápida al final, y Alice Aprot, la revelación del año, llega como segunda del ránking con 30-26.94. Betsy Saina, residente en Oregón (EEUU), completa la terna keniana. Si no lo consigue por la mañana Tirunesh, la neozelandesa Valery Adams, gran favorita en peso, puede optar, a las 10 de la noche, a convertirse en la primera mujer que logra tres títulos consecutivos en pruebas individuales. Siete veces campeona del mundo (cuatro al aire libre, tres en sala), y dos titular olímpica, Adams ha recuperado gran parte de su antiguo esplendor, que le mantuvo invicta entre 2008 y 2014, después de su operación quirúrgica en 2014.
Su estado de forma ha ido mejorando a medida que se acercaban los Juegos y ya está segunda del ránking con una marca de 20,19 metros. En su última competición antes de Río, Adams batió en Hungría, con un tiro de 20,19, a la campeona mundial, la alemana Christina Schwanitz, que ha tenido problemas en un hombro este año aunque viene de conquistar el título europeo con 20,17. La tercera aspirante es la china Gong Lijiao, bronce olímpico y plata mundialista, que domina el ránking con sus 20,43 de mayo, y la cuarta Michelle Carter, que podría convertirse en la primera medallista estadounidense de peso en 56 años.