La «princesa» Bouchard mide su ambición en la final de Wimbledon

La «princesa» Bouchard mide su ambición en la final de Wimbledon

LONDRES.  La tenista canadiense Eugenie Bouchard, nombrada «Eugenie» en honor a la nieta de la reina Isabel de Inglaterra, tendrá el sábado la oportunidad de medir su ambición en la final de Wimbledon ante la checa Petra Kvitova.

«Mi trabajo aquí no ha acabado», sentenció cuando le preguntaron porque ha celebrado tan discretamente los triunfos que la han llevado hasta la final. «No hay motivos para grandes celebraciones», las victorias en el All England Club «no son una sorpresa» para mí.

Con apenas 20 años, Bouchard alcanzó su primera final de Grand Slam tras despedirse en semifinales del Open de Australia y de Roland Garros este año. La canadiense ha encandilado al público inglés -su belleza es notoria-, en un fenómeno que recuerda al de la rusa Maria Sharapova, que tenía 17 años cuando se hizo con la victoria en Wimbledon, en 2004.

Sus conferencias de prensa son más propias de una celebridad de las crónicas sociales que de una tenista. Responde a preguntas sobre su nombre, sobre otro ídolo juvenil canadiense, Justin Bieber, y confiesa que le encantaría que la presentadora estadounidense Oprah Winfrey estuviera el sábado en la cancha central viendo la final.

«Creo que su historia es realmente especial, vino de la nada y construyó este gran imperio», explicó. La número 13 mundial chocará contra la ganadora del título en el césped londinense en 2011, en un encuentro que en principio mide experiencia y potencia contra mejor momento y talento.

Pese a tener el cuadro más difícil de las cuatro semifinalistas hasta los cuartos de final, la niña de Montreal se abrió camino con destreza y se ha asegurado ascender hasta el puesto número siete de la clasificación a partir de la finalización del torneo, máximo ránking que ha alcanzado en su carrera.

Kvitova, de 24 años, vuelve a una final de Grand Slam por primera vez desde su inesperado título en la Catedral del tenis ante Sharapova, precisamente. «He aprendido mucho desde entonces. Aquello salió en todos los sitios, fue una gran sorpresa para mí estar en los diarios y todo eso.

Antes, no tenía ni idea de qué era eso, ahora estoy acostumbrada y sabría cómo manejarlo, espero que esa experiencia me ayude», dijo la checa. En las dos últimas ediciones de Wimbledon Kvitova fue eliminada en cuartos de final, mientras que en 2010 había alcanzado las semifinales.

Para Kvitova este boleto a la final es una especie de revancha, ya que no anduvo bien en los torneos de Grand Slam de este año, fue eliminada en primera ronda en el Open de Australia y en tercera en la tierra batida de Roland Garros.

En su camino a la final, el escollo más difícil de Kvitova fue Venus Williams, cinco veces ganadora aquí. Para Bouchard, fue la alemana Angelique Kerber.

A Kvitova no le preocupa en absoluto que Bouchard esté concentrando las miradas. «No estoy pendiente de quién suscita más atención. Está bien. Me siento bien, relajada, pero sé que habrá presión para mí, pero no es importante», sentenció.

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