Hipólito Mejía, padre dominicano del cultivo bajo invernadero, se desplazó a San José de Ocoa para una visita de tipo privado y profesional. Luego de concluida la visita, bajó al pueblo y realizó una primera visita privada, sin alharacas, sin aviso previo. Tan pronto como fue detectada su presencia se arremolinó la gente y del grupo surgieron vítores y aplausos.
Hipólito realizó varias paradas dentro del pueblo y en cada caso su presencia concitó primero curiosidad y luego provocó el acercamiento de decenas de personas que gritaban consignas en favor de que acepte ser candidato a la Presidencia de la República para el año 2016 cuando serán celebradas la elecciones presidenciales, congresuales, municipales y de distritos municipales.
Hipólito sonrió, saludó, abrazó, dio apretones de manos, repartió besos a las damas, chocó las palmas de las manos en el aire con centenares de personas que lo abordaron y vitorearon en los distintos lugares de San José de Ocoa donde se detuvo en una visita privada, sin aviso previo, que tomó de sorpresa a los dirigentes de su corriente, por lo cual no prepararon recibimiento ni cosa que se parezca. Todo fue espontáneo.
No es la primera vez que ocurre. El escenario es cualquier lugar del país al que se desplaza Hipólito Mejía cuya sonrisa, cuyo carisma, cuya atención a cada una de las personas que se le acercan tiene para él un significado especial, el del ser humano que José Francisco Peña Gómez ponía delante, con la práctica contenida en la frase: primero la gente.
Así es, primero la gente, el ser dominicano que merece un destino mejor que debemos proporcionarle construyendo un mejor país sin exclusiones, sin desmayo, un mejor país, pero para todos.
Un país donde nadie se acueste con el estómago vacío, que ningún niño deje de ir a la escuela y vague por calles, caminos y veredas donde la dura lucha por la vida no enseña nada bueno.
Dondequiera que llega Hipólito Mejía llama la atención de gente que acude a saludarlo, a compartir alguna anécdota simpática, a recordar la obra que hizo su gobierno en el barrio, en el pueblo, en la región. Se le acercan a rememorar el tiempo de su gobierno en el cual se movía el dinero y la masa de dinero circulante permitía al pobre salir a buscar el peso para la comida.
Nutridos grupos de sus seguidores se reúnen en distintos espacios donde operan organismos políticos que lo respaldan, que le piden que acepte ser Candidato a la Presidencia para las elecciones del 2016, Hipólito, prudente, impulsa la construcción del PRM como instrumento para, junto con la Convergencia por un Mejor País, desplazar del poder la dictablanda del PLD.