La próxima revolución indígena

<p>La próxima revolución indígena</p>

JOSÉ BATISTA
La ausencia de una conciencia de liderazgo que una, en vez de dividir, parece que se acentúa en este momento.Todo parece indicar que la tragedia de Latinoamérica se alarga. Estamos al borde la próxima etapa de conmoción política del continente: La Guerra Social Indígena. En forma de sumario y reflexión introduzco la presente consideración.

Es importante señalar que en América Latina no ha existido tal cosa como independencia. Pues sus ciudadanos originales, o fueron exterminados-como sucedió en el Caribe-o fueron marginados de las posibilidades de desarrollo, como sucedió en el resto del continente.

Las independencias fueron actos de oportunismos, los criollos, después de haber sido favorecidos con títulos, posiciones y posesiones por la dinastía de los “borbones” de España, aprovechando la derrota de los mismos, dieron el zarpazo para aprovecharse, y pasar de ser intermediario del poder a poseer el poder.

Con la excepción de República Dominicana que se libera de Haití, la rebelión de Cristóbal, el emperador negro que proclama la liberación de la esclavitud, y la independencia reconocida a Palenque, que fuera fundada por el ex monarca de África Binko Biojo llevado cautivo a Cartagena, Colombia. Se puede añadir aquí el proceso llevado por Hugo Banzer en Bolivia, donde por primera vez se logró la participación de los sectores olvidados en proyectos de gobierno, que un momento logró tener el noventa y dos por ciento de popularidad. Lamentablemente éste sucumbió por la ausencia de una visión económica. Cuando la riqueza se utiliza para dádiva y no para producción y generación, entonces el tiempo decide el curso de los líderes populistas.

La serie de luchas intestinas, aplacada por los dictadores, y resucitada por la lucha de ideologías de las potencias que encontraron su campo de batalla post guerra en el continente-una guerra fría que resultó muy caliente para la región-tuvo por fin su culminación en un proceso temporero de democracia con la participación del mestizo-el producto de las indias violadas- indígenas, y las demás razas, amalgamadas en lo que Vasconcelo llamara “La Raza Cósmica”.

Los pueblos del continente saborearon lo que pudo haber sido el comienzo de la verdadera independencia, pero el sabor dulce del status, la prebenda y el oportunismo se encarno en una clase política indolente que siguió a los primeros vestigios de democracia, y se entronó un sistema de dependencia en los estados paternalistas y populistas.

El presente estado de situación, con el hundimiento de la agricultura, y la migración de miles de familias buscando un mundo mejor, ha construido un escenario político muy peligroso debido al hecho de que la exportación de miseria genera beneficios económicos por medio de las remesas o lo que llamo producto bruto aéreo. En este escenario las familias se dividen, los niños quedan sin padres, y los males sociales aumentan.

Los pueblos no quieren ni les interesa el aprendizaje teórico de lo que debe ser o de lo que va a hacer, tan sólo quieren ver cuál es el beneficio a corto y a largo plazo, y como no lo ven, no entienden.

Tratar de presentarle a los pueblos la necesidad de ajuste para enfrentar los cambios es precisamente el dolor que llevan sobre sus costillas por 500 años. Ese tipo de mensaje es irritante al subconsciente de los pueblos.

Los pueblos están fatigados esperando una respuesta a sus males. Han escuchado toda suerte de promesas y han alentado grandes esperanzas, pero el mensaje del cambio actual, lejos de presentar una seguridad, tiene todo el contenido de una nota fúnebre.

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