“La Reelección de Donald Trump”

“La Reelección de Donald Trump”

Manuel Cruz

Las pasiones desbordadas que genera en favor y en contra una figura como el presidente Donald Trump, hacen que casi siempre el análisis sobre su figura esté viciado por las ideas personales del analista. Pero, han sido esos mismos vicios los que propiciaron que todos sus adversarios le subestimaran como un posible candidato en 2016 o como presidente. Tanto así, que el propio Obama en 2011 en una cena frente a un importante grupo de multimillonarios le dijo; “yo soy el presidente de los EE.UU. y tu solo eres un tipo que conduce un programita para hacer reír a los demás”.

De Showman a Producto Político.

Sería casi imposible no afirmar que cuando el presidente Trump decidió presentarse como candidato, en todas las ocasiones que lo hizo esto no fuese más que un capricho o una estrategia de su Show Business. Fueron tantas las locuras y estridencias que vimos en la campaña de 2016; que nadie imaginó el resultado final. Sin embargo, si se compara su lanzamiento de campaña del pasado martes en la Florida se puede observar, que hay una gran diferencia entre el imperativo candidato de las elecciones pasadas y el mandatario que busca la reelección. Por tal razón, con todo y sus características personales este es un verdadero producto político.

En ese sentido, la prueba inequívoca de ese axioma es ver a un Donald Trump colocar en un segundo plano el ingente crecimiento económico estadounidense y, su disyunción permanente con otras potencias en defensa de los intereses de EE.UU. Y, colocar en el primer lugar de su retórica la supuesta amenaza del socialismo y la migración. Dentro de ese contexto, es seguro que vamos a ver en todo este proceso una línea discursiva en esa dirección. ¿Por qué? Es muy simple, esa inquietud la respondió el politólogo y consultor de los Bush Karl Rove, cuando en 2003 con la guerra de Irak respondió, “en política vender miedo es más redituable que amplificar los éxitos”.

La Era del Trumpismo.
Todavía casi 4 años después, la gran mayoría de las personas que adversan a Trump no han entendido en que consiste su mayor éxito; es muy simple, lo explicó con meridiana claridad la escritora estadounidense y ganadora del Nobel Pearl Buck, “de todos los peligros el mayor de ellos es subestimar a tu enemigo”. Por eso, todos los éxitos de Trump se ven más grande; se amplifican mucho más y, por consiguiente, impactan más en el electorado porque nadie los espera. Todos han apostado al derrumbe de su gestión y, se han olvidado de proponer las suyas para persuadir al votante. En conclusión, han bailado la música que ha puesto Trump.

Asimismo, estableció el más grande de todos los estadounidenses el legendario Thomas Jefferson, “que para saber cuándo la política está bien, solo hay que mirar cómo anda la economía”. En mercadotecnia electoral eso se traduce así, “barriga llena corazón contento”. EE.UU. en este momento está teniendo un crecimiento económico importante, las fuentes de empleos se mantienen favorables y, Trump ha logrado proyectar al electorado que está dispuesto hasta cometer locuras con tal de defender los intereses de EE.UU. Con la particularidad, de que los efectos negativos de la guerra comercial con China no se verían antes de las elecciones.

El Escenario Electoral de EE.UU.

Los reconocidos periodistas y escritores Bob Woodward y Michael Wolff, en sus respectivas obras sobre la actual gestión del presidente Trump, pusieron en evidencia que el mandatario es sin dudas un candidato con muchísimas debilidades. Máxime, con todas las declaraciones que han externado aquellos que fueron sus cercanos colaboradores. Empero, hay elementos que indican que hoy el viento está a su favor. Verbigracia, la exoneración en la investigación de Mueller, el desempleo en un 3.6%, el crecimiento de un 33% de Wall Street, un descenso mínimo de su base electoral y, una historia positiva de presidentes buscando la reelección de solo 4 reveses en los últimos 130 años.

Con el agravante, de que la veintena de candidatos del partido demócrata evidencia la inconmensurable falta de liderazgo y cohesión de ese partido. Lo más grave es, que Trump le restregó al mundo en la cara que el deseo de los electores en una coyuntura electoral; es más importante que las virtudes de un candidato. Por ello, los demócratas si quieren competir tienen que presentar un candidato como el alcalde Pete Buttigieg; que despierte pasiones, controversias y además preparación. Eso significaría, que estarían jugando en la cancha de Trump, con su público y sus árbitros. Y, en ese escenario él es casi invencible. Por eso, no sabemos mañana pero hoy; Donald Trump tiene la reelección en sus manos.

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