La relación civil-militar en el diseño de políticas de seguridad

La relación civil-militar en el diseño de políticas de seguridad

Alfredo de la Cruz

 

República Dominicana es una de las más dilatadas democracias de Latinoamérica y aun con los grandes avances experimentados en las últimas décadas, durante la Guerra Fría su sociedad vivió de espalda a lo relacionado con el ámbito militar, lo que llevó a este sector a actuar en la mayoría de los casos como un elemento independiente. Accionar que contribuyó a que los militares se colocaran por encima de la institucionalidad civil, y consideraran a los integrantes de la clase política como socios menores y subordinados, creando una percepción de que los asuntos militares eran exclusivos de los cuerpos armados.

En los últimos años, al influjo de los aires globalizantes, civiles y militares se han mezclado en unos procesos, involucrando transformaciones institucionales y estructurales que los han llevado a transitar una nueva vía donde la agenda de la Defensa y la Seguridad Nacional la define el poder político, basado en un esquema de acuerdos básicos que ha creado una convergencia de intereses entre los distintos sectores de la sociedad.

Las relacionadas con la conducción de las fuerzas armadas, son consecuencias que se desprenden de este cambio, volcando la atención en lo determinante del poder civil y la subordinación de las funciones militares. Dado que la integración de los civiles y de los militares como un componente más del Estado, ha resuelto este tema, tenemos ahora el desafío de cómo aprovechar dicha sinergia en el mantenimiento de la seguridad.

En el contexto internacional la interdependencia es cada vez más acentuada entre países y bloques económicos, como consecuencia del progreso tecnológico y del auge del comercio internacional. Los procesos de cooperación e integración, en lo que a la superación de los desequilibrios regionales del desarrollo se refiere, asumen actualmente una renovada importancia y prioridad, para cualquier país y bloque de integración.

Hoy en día el tema de la soberanía se ha colocado como uno de los tópicos más importantes a tratar por la comunidad Internacional, debido a que el concepto clásico de soberanía se convierte en un obstáculo para sortear los retos globales que existen y que afectan a todos y que cada día más escapan del alcance de una sola nación para su solución, lo cual lleva a reflexionar en la necesidad de ejercitar las acciones de cooperación internacional para encontrar la solución adecuada a cada caso en específico, sin que esto signifique que exista intromisión o afectación a la soberanía de dichas naciones.

Empero lo que modifica la naturaleza del Estado-nación y la forma de concebir la soberanía, es principalmente la nueva dinámica del mercado mundial, que conlleva el establecimiento de alianzas económicas entre Estados, incremento de los flujos internacionales de capital, una creciente globalización de los procesos productivos y comerciales, internacionalización de la fuerza del trabajo y de la información implicando procesos políticos y económicos que no son controlados por el Estado soberano.

Por lo anterior la globalización y los retos que la humanidad tiene que enfrentar en la actualidad, provocan cambios en la estructura política, económica y social de todos los Estados, lo cual obliga a cambiar las normas y adecuarlas a la realidad social, para que la soberanía del Estado y las normas del Derecho Internacional sean compatibles para evitar choques entre estos. Las nuevas fronteras que se dibujan entonces entre la sociedad y el Estado intentan preservar para éste un territorio y un papel irrenunciables: un ámbito de intervención y un rol conciliador entre las demandas de estabilidad, crecimiento y equidad en las que se funda, desde sus orígenes, el orden capitalista. La redefinición de reglas de juego que se está dando entre ambas esferas no debería implicar la desaparición del Estado.

Dada la problemática existente en República Dominicana, respecto de la seguridad, los derechos humanos, los acuerdos internacionales, la atención a la población vulnerable, y todo lo relacionado con la condición de ciudadano, pensamos que la integración civil-militar puede ayudar en esta ardua tarea, enfocando aspectos fundamentales como la participación efectiva de la sociedad civil en el proceso de toma de decisiones y el diseño de las políticas de seguridad y defensa nacional.

Como el concepto de seguridad y defensa se ha transformado en un elemento de ayuda al desarrollo y a la estabilidad democrática, se hace necesario un compromiso más explícito de los diversos actores sociales y políticos con relación a la defensa. De manera que el desafío principal que se nos presenta para que potencialicen sus relaciones, es ese vínculo entre los militares y la sociedad civil a los fines de fortalecer su capacidad de influir y cooperar con el desarrollo de políticas y acciones que garanticen la seguridad en República Dominicana.

La fortaleza del vínculo civil-militar en una visión más amplia que la concepción tradicional, proyecta tareas comunes y crea esquemas, para en un trabajo integrado encarar los complejos temas que conforman la seguridad. Creando una nueva realidad política y social donde intereses y amenazas conviven, lo que demanda unas respuestas colectivas. De manera que, en un mundo cada vez más global la nación dominicana es cada vez más dependiente, y los problemas que afectan la seguridad pueden expandirse y sus causas y consecuencias rebasar las fronteras nacionales.

La articulación de un esquema donde la integración de civiles y militares sea parte de la Estrategia Nacional de Seguridad en República Dominicana, debe llevar un enfoque en las políticas y los temas de seguridad y defensa y debe tomar en cuenta la especificidad geográfica, cultural, ambiental y socioeconómica, para potenciar la institucionalidad de la democracia y el desarrollo. También tiene que tomar en cuenta los Objetivos de Desarrollo del Milenio, acorde a las metas trazadas en la Ley 1-12 de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, en su Artículo Número 7 correspondiente al Primer Eje, específicamente en su Objetivo General 1.4 Seguridad y Convivencia Pacífica, en lo concerniente a la estructura y necesidades de la Defensa Nacional, así como la consolidación de las relaciones internacionales en consonancia con los principios democráticos y el derecho internacional.

Las sociedades democráticas demandan necesidades de seguridad y defensa, así como su participación en el proceso de decisiones, en asociación autentica entre los gobiernos y la sociedad civil. Habiendo desaparecido las amenazas militares por otros Estados a nuestra soberanía, el desafío es entonces convertir la fuerza de concertación del estamento civil y la fuerza de choque del estamento militar, en una fuerza para la construcción de la seguridad, que es lo mismo que la construcción de la paz, el bienestar y la felicidad de la ciudadanía dominicana, con medios esencialmente civiles.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas