La salud en la región fronteriza

La salud en la región fronteriza

 En el 2003, cuando desempeñamos la función de Director Ejecutivo de la Comisión Ejecutiva para la Reforma del Sector Salud, diseñamos, junto a un grupo de técnicos de esa institución, un proyecto para el reforzamiento de la salud en la región fronteriza con fondos internacionales.

 Estos fondos internacionales deben ser agenciados por  el gobierno dominicano a través de los organismos correspondientes, que bien podrían ser los ministerios de Relaciones Exteriores y de Salud Pública.

 El proyecto consiste en lo siguiente: dado que uno de los requisitos del préstamo que otorgó el Banco Mundial para la reforma del sector salud dominicana consistió en mejorar y construir los hospitales de segundo y tercer nivel en la región fronteriza, lo que deberíamos hacer es conseguir un fondo internacional para establecer unidades de primer nivel de atención desde la costa norte hasta la costa sur del lado haitiano. El gobierno dominicano comprometerse, a través del Ministerio de Salud Pública, a aportar el número de médicos y enfermeras necesarios para el entrenamiento y atención temporal del personal haitiano en esas labores como forma de cooperación.

 En caso de que a esas unidades lleguen pacientes que ameriten atenciones más especializadas o en condiciones graves, pasarlos por la frontera en ambulancias a nuestro hospitales y una vez mejorada su condición, remitirlos a su lugar de origen.

 Con estas unidades de primer nivel de atención podríamos disminuir significativamente la mortalidad materna e infantil; realizar un programa de inmunización adecuado; tener control  sobre el crecimiento y desarrollo de los niños de toda la región fronteriza, y un programa de alimentación para erradicar la desnutrición en esa zona tan deprimida. Se podría, igualmente,  controlar enfermedades tales como malaria, tuberculosis, vih, filariasis linfática, rabia y otras. El proyecto funcionaría, además,  como un programa piloto de cooperación en salud binacional que  bien podría servir de modelo  a imitar por otras áreas y  otros países.

 Estas atenciones en la región fronteriza evitarían la pérdida de tiempo,  como viene sucediendo en la actualidad, en que  nacionales haitianos vienen a Santiago o Santo Domingo en busca de auxilio médico. De realizarse un proyecto como este, los nacionales haitianos   podrían tratarse en zonas más cercanas a sus lugares de origen dentro de una programación internacional que le saliera menos oneroso a nuestro país.  Hablamos de los recursos internacionales por tratarse de un programa binacional en que las unidades de primer nivel de atención deben ser instaladas en territorio haitiano. De más está decir que la República Dominicana no está en capacidad de erogar el dinero necesario en su totalidad, para estas acciones.

 Recordemos que el Sistema Dominicano de Seguridad Social contempla tres regímenes: contributivo, en que el trabajador y el empleador aportan a la seguridad social; el contributivo-subsidiado, en que el Estado a través del gobierno aporta una parte y el trabajador por cuenta propia aporta otra parte, y el subsidiado, en que el cien por ciento de los aportes los hace el Estado  a fin de  ofrecer seguridad social a los dominicanos que estén por debajo de la línea de la pobreza.

 Al no contemplar la seguridad social a los extranjeros temporales e ilegales, tenemos que buscar fondos internacionales para ese fin y esta propuesta puede llenar tal finalidad.

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