La suerte de Félix R. Bautista Rosario

La suerte de Félix R. Bautista Rosario

El diccionario de los políticos dominicanos deberá decir de Félix Ramón Bautista Rosario que es un hombre de suerte, de mucha suerte. Ahora tiene 50 años, pero la velocidad de su carrera política y profesional empezó en 1996, cuando era un jovenzuelo de 33 años. Tanta ha sido su mejoría personal, política y profesional que la reputada enciclopedia Wikipedia lo describe, en su versión en inglés, como un activo hombre de negocios en la industria de la construcción. Y consigna que es el principal accionista o propietario de HADOM Construction y Roffy, SA.
¿Qué pasó en 1996, el año que cambió el curso de la vida política y profesional de Félix Ramón Bautista Rosario? Ese fue el año cuando el doctor Leonel Fernández Reyna ganó las elecciones presidenciales por primera vez y, lógicamente, fue el año cuando ascendió, triunfante, las escalinatas del Palacio Nacional. Se puede trazar una línea paralela entre el ascenso del doctor Fernández Reyna como hombre del Poder y la elevación de la figura de Bautista Rosario.
Recordemos que este ingeniero civil que ahora tiene 50 años nació en San Juan de la Maguana. Es uno de 14 hijos levantados a puro pulso y tesón por un matrimonio honorable, el de Luis María Bautista Paniagua y Carmen Rosario. Félix se levantó con el esfuerzo que despliega toda familia pobre y llegó hasta las aulas de la UASD, donde se invistió como ingeniero civil.
Pues bien, en su primer cuatrienio el presidente Fernández Reyna lo premió con dos cargos que le ayudarían a sentar las bases para su lanzamiento posterior: Subdirector de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado y Director de la Oficina Coordinadora de Obras del Estado.
Cuando Fernández Reyna salió de la Presidencia de la República, en el 2000, Bautista Rosario pasó por un mal momento y hasta a la cárcel fue a parar. Pero como Fernández Reyna regresó al Palacio Nacional en el 2004, Bautista Rosario también regresó. Inmediatamente fue nombrado por su protector Director de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, con rango de Secretario de Estado. Desde esta especie de secretaría de Obras Públicas paralela construyó todo lo que su mentor le indicaba, excepto el Metro. Desde la Oficina Supervisora, como se le conoce, Bautista Rosario salió de aire, electo, para el Senado de la República. Aquí representa a su provincia.
Por supuesto, Bautista Rosario pudo abrir las puertas del casi siempre hermético PLD y se sentó como miembro del Comité Central y como Secretario de Organización.

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