La tradición burocrática en el descuido de las obras

La tradición burocrática en el descuido de las obras

Después de la fanfarria que emocionó al país al ver que se atendió el problema de la subida de las aguas del Lago Enriquillo, inundando el poblado de Boca de Cachón, todo ha vuelto a la normalidad burocrática. Se ha vuelto al descuido tradicional de los burócratas de no atender con el mantenimiento las obras que se construyeron en ese poblado del lago.
Y el caso de Boca de Cachón, inaugurado como una de las obras cumbres del primer gobierno de Danilo Medina, fue alabado por todo el país. Se enfrentaba el problema de las inundaciones. Pero la desesperación de los residentes, que habían visto perder sus tierras y casas, vuelve de nuevo a atormentarlos.
Las tierras prometidas para sembrarlas están yermas con los sistemas de bombas para el riego dañados y los pozos perforados no suministran agua. La negligencia de las autoridades responsables del mantenimiento y de seguimiento del proyecto se descuidó y los burócratas prefirieron volver a los santuarios refrigerados de la capital. No era saludable ni rentable estar soportando la canícula tan agotadora de los rayos de sol de la Hoya del Lago Enriquillo.
Es una pena que tal cosa haya ocurrido en un gobierno que sustenta su credibilidad y popularidad en la masiva incursión en todos los medios de comunicación. Es un bombardeo abrumador con una presión constante en todos los medios para convencer a los dominicanos lo bien que sus funcionarios están administrando el patrimonio público. Eso mantiene al oyente o espectador cambiando de canal o de emisora para no estar oyendo la misma cosa las 24 horas del día. Ya sea de la alfabetización, ya sea de la educación y la tanda extendida, ya sea de los bonos de solidaridad, ya sea de las estancias infantiles pero todo se empaña cuando aflora la verdad que el descuido en el mantenimiento, como era en el pasado, continúa siendo el talón de Aquiles de la burocracia dominicana.
Pese a las grandes realizaciones, lamentablemente todo ha sido cimentado en arena. Y las quejas y denuncias de la ciudadanía ha puesto en evidencia la ineptitud gubernamental de no haber logrado establecer un programa de vigilancia y protección de las obras para que puedan rendir sus frutos al país, y por ende, a los usuarios. Los ciudadanos ven de cómo lo que supuestamente serviría para darle un mejor nivel de vida, sucumbe frente a sus vistas por falta de mantenimiento.
Ya se sabe que el grandioso y ambicioso programa de reconstrucción de todos los hospitales va de mal en peor, e incluso algunos de los terminados adolecen de severas fallas. Los casos de los hospitales de Constanza y de Haina son parte de los problemas que van desnudando a una burocracia que pretende engañar a todo el país, haciéndole creer que son eficientes y todo marcha sobre ruedas. La verdad es otra bien diferente.
Vivimos en el país del hemisferio con el mayor índice de crecimiento. Sin embargo el abismo entre los sectores pobres y ricos se va ampliando, como quedó demostrado con la inmisericorde temporada de lluvias que azotó al país el pasado mes de noviembre. La pobreza de los sectores más vulnerables quedó evidenciada por los daños causados por las lluvias. Esto coloca a los estrategas oficiales de la propaganda y hacedores de política que deben pensar en la realidad de cómo se sostiene el país rico y opulento frente al país pobre. Este jala al otro para el abismo de la pobreza.
El país se sostiene en base a mentiras y falsedades con cifras acomodadas. Pero la prosperidad se palpa en muchos sectores nacionales y más con el incremento sostenido de la llegada de turistas que para el pasado año se superó la cifra de los seis millones de visitantes. Esto se vio impulsado con la llegada semanal de miles de viajeros por el puerto de Amber Cove en Puerto Plata y también por el de La Romana y Sans Soucí.
El sector oficial del Gobierno está sacando mala nota en el mantenimiento general de obras. No valdría la pena en esforzarse en proveer de nuevas edificaciones, vías de comunicación, acueductos, sistemas aguas negras, canales si el gobierno adolece de la voluntad política y dedicación para tener un plan de mantenimiento efectivo. Tan solo un programa de mantenimiento efectivo lo lleva cabo el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, pero que ahora se reducirá la efectividad por la gigantesca tarea de emprender la reconstrucción y reparación de las obras dañadas por las lluvias y riadas de noviembre pasado.

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