La triste desfachatez del entreguismo vil, o la increíble ignorancia del proyecto 1844

La triste desfachatez del entreguismo vil, o la increíble ignorancia  del proyecto 1844

*¿PEDIR AYUDA A QUIÉN PARA GENERAR UNA NUEVA CONCIENCIA?

*¿LO FRONTERIZO OBLIGA, POR FUERZA?

Introito:

Acudo impávido a lecturas que hacen de mi ignorancia e incultura, asumida por mí como San Francisco de Asís acudía a su voto de pobreza material, un nicho sagrado del que no quiero salir. Lo que siempre vigilo es que la pobreza de espíritu no me ahogue con su futilidad, porque cuando se instala para siempre, nos pierde y nos confunde: cuando somos pobres de espíritu solemos escribir imbecilidades, pensando que la otredad lo asimila, por arte de la magia del analfabetismo en varios renglones:

A) Derecho internacional

B) Ignorancias semánticas en materia de geografía fronteriza

C)Desde luego, existe el analfabetismo diplomático. Campea de modo taimado, entre la bruma de un caos que no define a enemigos y aliados. En ese justo espacio, la mentira tiene cara de inocencia.

Veamos:

1.- QUEDÓ ESTABLECIDO QUE NO HUBO DESCUBRIMIENTO DE ISLA, SINO ENCUENTROS DE CULTURAS

En primer lugar, desde la vieja celebración del Quinto Sanguinario, perdón, del Quinto Centenario, mentes lúcidas acordaron en un puente entre la sociología de la política, la antropología y la geografía social, que nunca hubo descubrimiento, y que pese a la violencia, hubo un encuentro de mundos y todo encuentro de mundos, aunque se construya basado en la desigualdad del más débil, es una aproximación de una cultura con otra, con visiones cosmogónicas diferentes.

¿Habrá que recordar la historia de México y todo lo que se ha escrito sobre ella, no como anécdota, sino como análisis de la historia y visión de geografía o crónicas antropológicas de visitantes y pobladores nativos?

Quizás entre tantos ejemplos ricos que puedan existir en América Latina, el de México podría ser para el caso que nos ocupa, el mejor ejemplo.

Cuando se propone en un tema de esta envergadura “Descubrir islas”, hay un claro referente ignorado de que las culturas no se descubren, en todo caso, avalada cada una con su ADN histórico, se encuentran.

Haitianos y dominicanos, poblados de ambos lados de dictaduras y oportunistas comerciantes, no han podido ni podrán hacer ese encuentro (que no descubrimiento señora), porque al cabo del tiempo hay un recelo histórico y ante la emergencia humanitaria que se vislumbra, ese no es el mejor panorama para que el recelo de siglos se disipe, todo lo que se diga en este aspecto en plan inocentón, es demagogia, imbecilidad o pescar en río revuelto a conciencia…

El que tenga ojos para ver, que vea si quiere: el proyecto nacional de 1844 es visto del otro lado como el causante principal del desvío de su Revolución, razón que no es absoluta porque cuando se analiza de este modo se exonera de responsabilidad a las grandes potencias de entonces: Francia y Estados Unidos.

Vale decir que ese proyecto nacional de 1844 no ha sido refundado en función del siglo XXI, como tampoco lo fue en el XX, mucho menos: porque en la transición política dominicana del 1961 debió cambiar el trato con Haití, pero eso no era posible tampoco: la oligarquía dominicana, hablaba de “democracia”, pero seguía manteniendo el esquema del dictador Trujillo en materia de relaciones bilaterales con Haití y las dictaduras haitianas al mismo tiempo, a su conveniencia económica, aceptaban el mismo trato, estaban todos conformes, menos el ser humano esclavizado.

La crisis humanitaria de Haití larvada y cultivada por organismos internacionales que hicieron en aquel país un modus vivendi de la miseria y una ideología de sobrevivencia, hoy quiere cobrarle a la República Dominicana el todo por el todo, más el ajuste de cuenta histórico que sus intelectuales con la miopía conveniente, pretenden que analicemos siempre el pasado y la queja histórica y no el presente, que implicaría también saber qué pasó del otro lado y su desarrollo, qué pasó del otro lado con su clase política, qué hicieron allí las clases dominantes con el dinero y su inversión, por qué Puerto Príncipe con excepciones urbanas, sigue siendo el famoso valle rural de un grabado del siglo XVIII.

Entonces, señora, es muy tarde para descubrir nada, su planteamiento naif en apariencia, inocentón en apariencia, no se lo compro, en todo caso me da pena y vergüenza ajena que desde este suplemento se insulte la inteligencia mínima, de los que apenas hemos aprendido a leer con la humildad devota de San Francisco de Asís, el seráfico.

2.- LO BINACIONAL NO ES LO LIMÍTROFE, ES UN ACUERDO DE ESTADOS

Dos Estados que hagan frontera, por necesidad no tienen que ser binacionales, ni tener acuerdos de esa índole ipso facto, en cambio el COMBIFRON es un acuerdo binacional de fronteras, entre República Dominicana y Colombia, siendo países que no son limítrofes[1].

Lo binacional se estudia y cuando se firma es a conveniencia de Estados. Lamento mucho que estas afirmaciones sean elementales, pero cuando hay confusiones públicas y peligrosas, hay que dejarlas claras, por más elementales que sean. No somos una isla binacional, apegado a toda norma elemental del derecho público internacional. Lea con detenimiento y revise: tampoco ya hay condiciones para asumir lo binacional domínico-haitiano, porque con la corrupción sí inauguramos de facto lo “binacional” y a los contribuyentes del fisco dominicano no les fue muy bien, señora. Y sobre este tópico finalmente: para lo binacional se necesita la armonía de visiones y propósito de los Estados, sin presiones interesadas del exterior.

3.- ¿“TIENE QUE IMPONERSE UN PROYECTO INTERNACIONAL Y BINACIONAL QUE EXIJA E IMPONGA”?…

¿Estoy leyendo bien o esto es una broma de mal gusto?

¿Quién puede en situaciones como estas imponer nada señora?

¿No le parece demencial y ensayo de ignorancia provocadora?

¿Buscar a quién que imponga qué señora?

Mi respuesta a esta frase es la siguiente: en 1844 la sangre se derramó para un proyecto, el de 1844, que los políticos después de más de 170 años no han podido renovar a favor del pueblo dominicano contemporáneo. En 1863, la sangre se derramó también, en 1965 el 28 de abril, a sangre y fuego desde los Molinos, 14 y 15 de junio, el pueblo dominicano dio su sangre de nuevo: solo a los extranjeros oportunistas hay que explicarles la historia de este país. (CFE)

Luego de 20 evoluciones, he aquí el actual. Obsérvense las variaciones, lanzas, laureles y banderas interiores y evangelio, son los elementos comunes que hacen el puente con el actual. El proyecto 1844, sigue. ¿Alguien lo duda?

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