La UASD: Por un Nuevo Movimiento Renovador

La UASD: Por un Nuevo Movimiento Renovador

Tirso Mejía-Ricart

Hace justamente un año (febrero 7 y 14, 2016) publiqué dos artículos que por su actualidad resumo ahora.
El Movimiento Renovador de la UASD fue la única conquista cierta del pueblo dominicano tras la contrarrevolución que impuso la violencia imperialista norteamericana que aplastó la revolución democrática del 1965. A ésta se añade el repudio generalizado a los golpes de estado militares.
Las conquistas que alcanzó la UASD, gracias a su Movimiento Renovador, hizo notables aportes académicos y políticos, particularmente durante sus primeros diez años, los cuales pueden resumirse en cuatro grandes realizaciones: democratización, diversificación, departamentalización y descentralización.
Estos logros del Movimiento Renovador fueron posibles gracias a la lucha conjunta de profesores, estudiantes y empleados por la supervivencia y el desarrollo académico.
Tales avances trajeron sin embargo dificultades, por la masificación, la escasez de recursos, de aulas, equipos e instalaciones; la excesiva influencia de los dirigentes estudiantiles, que se tradujeron luego en una reducción en la calidad de la enseñanza y la anulación en la práctica del Reglamento de Baja Estudiantil, lo que generó una reacción profesoral que logró reducir la representación estudiantil, del 33% a solo el 5%. Eso trajo consigo la creación de clanes profesorales que controlan las decisiones en su favor, fomentando el amiguismo, los amarres partidistas, la manipulación de los concursos de ingreso y los postgrados para auto promoverse; logrando parasitar la institución con posiciones inútiles y “compensaciones”; mientras centralizan en la capital los nombramientos docentes para los centros regionales sin mayor calificación ni concursos, y se pagan viáticos, por labores que pueden ser realizadas por personal local, que los hace altamente deficientes. Y apenas hay deportes, extensión ni investigación. Muchos profesores tienen 70 estudiantes y 40 horas de clases, es una barbaridad.
El Movimiento Renovador tuvo la virtud de llevar a la UASD del XIX al siglo XX. Un Segundo Movimiento Renovador debería impulsar esa institución hacia siglo XXI.
En lugar de seguir creando cargos inútiles académicos y administrativos, la UASD debe eliminar las facultades tradicionales, que son residuos de la universidad feudal, y establecer simplemente tres decanatos: Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias de la salud y Ciencias y Tecnología; para que casi todo se maneje desde las escuelas y departamentos con la debida supervisión, invirtiendo más en aulas, investigación y estudios de postgrado.
Para los estudiantes que no puedan avanzar más se deben ofrecer un grado de Asociado o similar, que los habilite para trabajos técnicos o empleos intermedios.

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