La verticalidad y horizontalidad de las dictaduras

La verticalidad y horizontalidad de las dictaduras

Inspirado por la Conferencia Magistral impartida por el Dr. Marino Vinicio Castillo Rodríguez, intitulada “Calvario de un desoído en sus advertencias de los medios sociales” en fecha agosto 24 de este año, tengo a bien adentrarme en un tema que resaltó en su conferencia: Las dictaduras verticales y horizontales.
Independientemente de la óptica social que se quisiese encarar, en un análisis furtivo, documentado y veraz, el tema de las dictaduras apasiona y deja entrever los vectores motivacionales de estos análisis. El “toma y daca” o “Quid pro quo” de este tema, lo constituye la estructuración del tejido político de las dictaduras.
El término gramatical de “dictadura” siempre viene asociado al oprobio y la concentración de poder. Además, producto de lo anterior, surgen las prácticas clientelares y de adulonería, ejercitadas por los lacayos (ricos y pobres) donde se entronizan las dictaduras.
Este entramado social se nutre y desarrolla al amparo de la ignorancia, la miseria y la impotencia ante el efecto apabullador de las dictaduras. Sin embargo, amerita establecer puntuales diferencias:
1-La dictadura verticalizada.
Eric Fromm, pensador y filósofo, nos define el surgimiento y causales de este tipo de dictadura:
“El elemento común a la sumisión y el dominio es la naturaleza simbiótica de la relación. Las dos personas afectadas (dictador y lacayo) han perdido su integridad y su libertad; viven la una de la otra y la una para la otra, satisfaciendo su anhelo de intimidad, pero sufriendo por la falta de fuerza y de confianza interiores, que requieren libertad e independencia, y además están constantemente amenazadas por la hostilidad consciente o inconsciente que nace de la relación simbiótica”. (Fromm, 1992, 33). En otras palabras, el ciudadano enajena sus derechos y obligaciones a merced del dictador”.
Esta enajenación es el caldo de cultivo para el culto a la personalidad del dictador, donde afloran los adulones, chupatintas y eunucos intelectuales, que enarbolan el mito mesiánico del dictador.
Obviamente que el “asenso vertical” de la sociedad está en manos del régimen que controla y reparte el Patrimonio del Estado, según las necesidades megalomaníacas del dictador.
Ahora bien, la dictadura horizontal, exhibe otros matices sociales:
2- La dictadura horizontalizada.
Durante el surgimiento y devenir de los pueblos y su configuración social, el aunar esfuerzos ha desempeñado un rol fundamental en la existencia de la humanidad.
Desde “La revolución del proletariado” hasta las “primaveras colorizadas” el uso de la horizontalidad ha dado su frutos y también malas cosechas.
Cuando las dictaduras se horizontalizan crean un ambiente de anarquía, que pudiese ser pasajera, dependiendo de la estructura de los intereses afines y encontrados en esta.
El “spread” o desparramiento de estos enclaves sociales, siempre surgen como respuesta a los regímenes verticalmente dictatoriales o en situaciones donde se han vulnerado los derechos de las gentes.
No obstante, hay que poner inusitada atención a las verdaderas motivaciones que aúpan a estos movimientos, ya que siempre encontraremos a los poderes fácticos detrás de estas “espontaneidades”.
Siempre he dicho que no existe causa sin efectos secundarios. Esta aseveración la pronuncio ante la posibilidad, no muy remota, de que en nuestro país surja una dictadura horizontalizada producto de la anomia social imperante. Los movimientos reinvindicalistas actuales están empecinados en resaltar el estado de corrupción que nos arropa. Empero, no veo una estratificación muy clara en la definición de los tipos de corrupción que combaten. Se han concentrado en los desaguisados financieros del Estado, dejando a un lado el impacto de la corrupción fronteriza y sus implicaciones con los poderes fácticos de nuestra nación. ¿Dará la impresión de que estos movimientos están secuestrados por dichos poderes?
Cuando el amalgamiento grupal convive con los diferentes estratos sociales, el afán de liderazgo castra las posibilidades de compactación de estas expresiones horizontalizadas. Esto así, por no dar la impresión de que la misma está politizada. De ahí que se perciba como una impronta amorfa y divariante.
Esta aparente falta de liderazgo cohesionante, no es aleatoria.
Los poderes facticos, detrás de estas iniciativas, persiguen precisamente eso; a falta de liderazgo, ellos pueden moldear las consignas y la agenda de estas organizaciones.

A ellos no les interesa que surja un líder que pueda aunar los intereses encontrados para convertirse en una verdadera fuerza opositora. Por el contrario, imponen agendas enfocadas en lo obvio y soslayan la verdadera problemática que es la situación fronteriza de la Hispañiola.
La historia nos ha enseñado que estas iniciativas horizontalizadas, casi siempre dan pie de amigo a las dictaduras verticalizadas.

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