Labio leporino o fisura labial

Labio leporino o fisura labial

Es uno de los defectos congénitos más comunes, la relación aproximada es de uno en cada quinientos embarazos. La ingesta de ácido fólico antes y durante la gestación ayudan a prevenirlo. Puede presentarse solo o como parte de un síndrome. Es diagnosticado generalmente al momento del nacimiento.
Entre la sexta y décima semana de embarazo, los tejidos que forman el labio superior deben unirse completamente, si este proceso no se da, queda la abertura en el labio, su tamaño varía de un caso a otro, llegando en ocasiones a abarcar la nariz y afectar el paladar. Este último se conoce como labio leporino y paladar hendido.

Los signos y síntomas varían de un paciente a otro, por diversas razones: tamaño de la hendidura, si afecta solo el labio o incluye paladar y nariz, condiciones generales de salud del paciente, si es una condición aislada o parte de un síndrome, edad cuando se inicia el tratamiento.

Sin embargo los más comunes son:
1.- Dificultad para alimentarse.
2.- Alteración de la formación y erupción dentaría.
3.- Infecciones recurrentes del oído.
4.- Trastornos en la fonación.
5.- Traumas (especialmente cuando el defecto es corregido a largo plazo, es decir en niños, no bebés.)
6.- Estética.

El diagnóstico y plan de tratamiento involucra la interacción de diferentes especialistas del área de salud y múltiples tratamientos: pediatras, cirujanos maxilo faciales, pediatras y plásticos, otorrinos, odontopediatras, ortodoncistas, foniatras, psicólogos, entre otros.

En ocasiones solo es necesario un proceso quirúrgico en combinación con alguna o todas las otras áreas de salud mencionadas, lo cual va a depender del diagnóstico y plan de tratamiento.
Lo ideal es realizarla antes del primer año de vida del paciente. Otros casos ameritan más de una intervención quirúrgica. La higiene de la cavidad oral del bebe es sumamente importante para prevenir procesos infecciosos y complicaciones; con cuidado, de forma eficiente y metódica, después de cada ingesta de alimentos, líquidos o sólidos debe higienizarse. Debe evitarse que el paciente se lleve a la boca juguetes, chupetes o cualquier otro que aumente las posibilidades de una infección.

El porcentaje de solución satisfactoria de esta anomalía es altísima, siempre y cuando se sigan las instrucciones médicas, se elija personal capacitado y se actúe a tiempo.

Un factor que no podemos obviar es la aprehensión de los padres, a veces mezclada con sentimientos de culpa y frustración. Miles de preguntas rondan sus cabezas, sienten temor a lo desconocido, al futuro de la salud de su hijo, miedo a alimentarlo, la estética les preocupa sobremanera, si será objeto de burla, entre otras. La orientación del pediatra junto al equipo médico será su principal herramienta para enfrentar la situación, si así lo desean pueden buscar ayuda psicológica.

Luego del proceso quirúrgico las visitas periódicas al odontopediatra no deben faltar, sobre todo para darle seguimiento al proceso de la erupción dentaría, es muy común encontrar en estos pacientes, malformaciones, agenesias y otras anomalías dentarias.
Un alto número de pacientes con fisura labial necesitan posteriormente ortodoncia. El odontopediatra junto al ortodoncista deben decidir el momento adecuado para darle inicio.

Recuerde: el labio leporino es más común de lo que usted se imagina, el tratamiento en un altísimo porcentaje es efectivo y debe iniciarse en la mayor brevedad posible.
Para mayor información comunicarse a info@odontodom.com.

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