Las cámaras y el terrorismo

Las cámaras y el terrorismo

He planteado que existe una gran diferencia entre las cámaras “inútiles” (como nuestras “legislativas” y la “de cuentas” o “cuentos”) y las cámaras “útiles” de videograbación o vigilancia que, colocadas en instituciones y lugares públicos, sirven para monitorear el comportamiento de los ciudadanos y sus servidores, aunque los fatídicos apagones limiten el funcionamiento y beneficio de estas últimas.

He repetido que, aunque no compartimos la gran inversión estatal en el Metro, básicamente porque menosprecia o pospone soluciones a otras necesidades nacionales más urgentes, ha costado tanto a nuestra economía que debemos defenderlo con uñas y dientes.

En la prensa apareció una reproducción “completa” del video grabado por las cámaras de seguridad del Metro, donde se muestra, desde el momento del abordaje del acusado de provocar el incendio, hasta el instante en que el mismo sale por las escaleras, desnudo de la cintura hacia arriba. Esto es una demostración fehaciente de la utilidad de estas cámaras.

Cuando, hace unos 5 años, me referí a las cámaras “útiles” no existía un ambiente de inseguridad ciudadana tan preocupante como el actual y la palabra “terrorismo” no tenía la connotación y vigencia de estos días, donde esas cámaras serían una importante arma para enfrentarlo.

No importa con cuáles objetivos, ideologías o principios se utilice, el terrorismo es un recurso de impotentes que no tienen recursos o valor para atacar a sus verdaderos enemigos de manera frontal y ocultan su rostro porque saben que dañan colateralmente a quienes no lo son, en actos salvajes de auténtica cobardía.

Son muchos los desafíos actuales para el pueblo dominicano, pero al terrorismo hay que frenarlo cueste lo que cueste.

 

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