Las carreteras de azúcar… sueños que desvanecen

Las carreteras  de azúcar… sueños que  desvanecen

MARIEN ARISTY CAPITÁN

María apenas pasó por nuestro lado. No fue un impacto directo, por fortuna, por lo que no hubo una devastación tan abrumadora como la que han vivido Puerto Rico y Dominica, por solo citar dos de las islas que ahora tienen el duro reto de renacer de sus cenizas.
Nosotros, aunque en menor medida, también tenemos mucho que aprender acerca de lo que sucedió con este último huracán que hasta ayer en la mañana había dejado 8,657 viviendas anegadas, 188 casas destruidas, 18,392 desplazados en casa de familiares y amigos, 555 albergados, 23 comunidades aisladas, 861 viviendas parcialmente afectadas y 32 acueductos, 5 carreteras y 14 puentes afectados.
Al ver estos números, que se unen a las fotos que se han ido publicado, toca insistir en que es necesario reubicar a mucha gente que evidentemente vive en lugares inadecuados. También tenemos que revisar la forma en que se construye: ¿cómo es posible que los puentes mueran una y otra vez y muchas carreteras, cual si fueran de azúcar, pierdan tramos completos? ¿Estamos construyendo mal o en lugares inadecuados?
Amén del dinero que el Gobierno debe destinar todo el tiempo a reconstruir las vías, algo que alegra bastante a algunos constructores que suelen ser beneficiados con dichas obras, toca pensar en lo que significa para las comunidades durar días enteros sin poder trasladarse: puede llegar a implicar, cuando los hospitales están muy lejos, hasta perder la vida.
En otros casos, volviendo con el punto de los recursos, ese dinero que se usa en reconstruir se traduce en un montón de sueños que se han de desvanecer.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas