Las comisiones

Las comisiones

Eusebio Rivera Almodóvar

Imaginemos que, en mi condición de ciudadano común, he recibido a través de cualquier medio de comunicación radial, escrita o televisada, la acostumbrada y capciosa pregunta ¿qué haría usted si fuera presidente para llenar las expectativas de la población con el contenido de su discurso de rendición de cuentas el 27 de Febrero, especialmente lo relativo a las denuncias de corrupción y el escándalo que involucra a la constructora Odebrecht? Primero, contestaría excusándome porque esta colaboración está pautada para ser publicada el día 1ro. de marzo, dos días después del programado discurso; segundo, me dejaría de mojigangas y rebatiñas contra el líder indiscutible del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Dr. Leonel Fernández, y lo copiaría en sus actitudes e imitación del doctor Joaquín Balaguer y volvería a repetir la consabida frase “la corrupción se detiene en la puerta de mi despacho” proclamando enérgicamente que en este país no hay nadie más serio que yo; tercero, me olvidaría de los disparates institucionales llamados Procuraduría General de la República, Cámara de Cuentas, Poder Judicial (con la Suprema Corte de Justicia a la cabeza), la Dirección de Ética e Integridad Gubernamental, la Dirección Nacional de Persecución a la Corrupción Administrativa, etcétera, y para cada caso de corrupción bochornosa (o “sobornosa”) nombraría una comisión para que rinda un “detallado, acucioso y extenso” informe que permitirá “iniciar” los procedimientos judiciales correspondientes, copiando una de las jugadas maestras que utilizó en numerosas ocasiones el extinto presidente Balaguer para apaciguar revoltosos opositores y sepultar en el olvido grandes escándalos de corrupción, porque sabía perfectamente que las comisiones solo sirven de medios de distracción colectiva y que esencialmente no resuelven nada.

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