Con la Construcción del Proyecto energético de Punta Catalina sucede en forma agravada, lo que se produjo con la del Parlamento de Escocia, en el Reino Unido, Gran Bretaña.
Según nos refiere Yuvel Harari en su afamado libro “Homo Deus”: Breve historia del mañana”, el gobierno escocés ordenó la construcción de un nuevo edificio para que albergara su Parlamento, por ser una especie de símbolo de su soberanía en ese país, con respecto a su hermana mayor: Inglaterra, en el año 1999 por valor de 40 millones de libras esterlinas (unos US$ 80 millones de entonces) que estaba supuestamente a durar 2 años. Pero en realidad, ésta duró 5 años, y su costo final fue de 400 millones de Libras (unos 800 millones de dólares); pues los contratistas alegaron dificultades y gastos imprevistos.
El gobierno fue cediendo de 40 en 40 millones de libras esterlinas y aprobando más tiempo cada seis meses, pues las cabezas del gobierno, por temor a desacreditarse por haber invertido muchos millones para dejar una obra sin terminar, por lo que este terminó costando 10 veces más que lo pactado originalmente, y en cinco años.
En el desafortunado caso de Punta Catalina, naturalmente, fue mucho peor, ya que al presupuesto original estaba brutalmente sobrevaluado; aquí el problema tras la terminación del “ Acuerdo de Madrid” no era degeneración, sino de administración de las distribuidoras de electricidad, la utilización de carbón mineral como combustible, el más contaminante del mundo, construido en terrenos privados y sin supervisión, no comprometidos con los intereses de los constructores y concebida a través de un proceso de corrupción internacional convicto y confeso que ha involucrado a varios presidentes y otros hombres de Estado del mundo, a los que han sido sometidos a la justicia… menos en este país de nuestros amores y penas, porque nuestro gobierno, en lugar de demandar a la principal firma involucrada; en base a una comisión extrajudicial presidida por un directivo de otra firma involucrada, decidió aceptar la octava parte de la multa que les correspondía, en lugar de someterles penalmente; decidió que esas empresas continuaran la obra, que ahora puso otra reclamación de otros US$ 708 millones.
Lo único simpático de esta tragedia para el pueblo, que tendrán que pagar varias generaciones de dominicanos, es que el Estado esta pagando millones de pesos para que casi todas las estaciones de televisión y hasta de radio, para que exhiba un video en el que aparece un supuesto maestro de obras civiles de ese proyecto, quien con aparente gran convicción, dice que esta obra eliminará los apagones, cuando estos son “apagones financieros”, no de generación; que “el costo de la energía bajará un 28%”, porque no se atreven a decir que bajarán el precio, porque en realidad subirá, que el carbón no es de cocinar, sino de debajo de la tierra, que es el más abundante; para no decir que es el más contaminante; y por lo que no se puede conseguir financiamiento. Como el terreno no es del Estado, esa aventura será privatizada por sus dueños a precio de vaca muerta.
Cosas veredes, Sancho…!