Las cuentas que tiene el Congreso con las mujeres

Las cuentas que tiene el Congreso con las mujeres

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Ayer, 16 de agosto, volvimos a ser testigos de la promesa eterna. Una nueva legislatura inició y, con ella, parecerían cobrar vida esas esperanzas que yacen marchitas en el jardín del jamás. ¿Será en esta ocasión cuando las mujeres podamos tener alguna victoria? ¿Veremos alguna legislación que defienda nuestra vida y nuestros derechos? Ojalá, simplemente, ojalá.
Hoy se cumple el quinto aniversario de la muerte de Esperancita (Rosaura Almonte), una joven de 16 años que no pudo luchar a tiempo por su vida porque un embarazo de siete semanas fue más importante que ella.
Con una leucemia aguda que requería quimioterapia, el tratamiento inició 24 días después de ser ingresada porque no quisieron hacerle un aborto terapéutico. La quimio, sin embargo, fue letal; causó el aborto y una hemorragia masiva.

A pesar de lo dramático del caso, es increíble que los legisladores no se convenzan de la necesidad de despenalizar el aborto terapéutico, así como también en casos de violación e incesto.
Pero las tres causales, que han impedido a aprobación del Código Penal, no son las únicas cuentas pendientes que tiene el Congreso Nacional: están las leyes de Partidos, Electoral, de Aguas, el Código Civil… así como un sinfín de leyes que contempla la Constitución de la República y aún no ven la luz a pesar de que han pasado siete años desde que se aprobó la Carta Magna. Además, volviendo con las mujeres, está el proyecto de ley que crea el sistema para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer; y el de Salud Sexual y Reproductiva. ¿Los veremos esta vez?

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