Las enfermedades olvidadas

Las enfermedades olvidadas

La sarna y las picaduras de serpiente son las dos últimas dolencias incluidas en el listado de enfermedades olvidadas y desatendidas que suma ya veinte.
Más de mil millones de personas sufren al menos una de esas patología tropicales en las zonas más pobres del planeta. ¿Qué retos se plantean para controlarlas y erradicarlas?
Buscar soluciones para las enfermedades olvidadas es el objetivo de la Fundación Mundo Sano, que nació en 1993 en Argentina para trabajar en la mejora del acceso equitativo a la salud en países empobrecidos y apoyar proyectos sociales y de investigación.
“Explicar por qué siguen existiendo enfermedades desatendidas es igual que explicar por qué en el mundo existen desigualdades, con millones de personas viviendo en condiciones que no son las adecuadas, ni dignas”, señala Marcelo Abril, director ejecutivo de la Fundación.
El acceso al agua potable, a una vivienda adecuada, a una buena gestión de los residuos… factores estructurales que cuando fallan “sabemos que estamos ante una situación de vulnerabilidad para esa población”, apunta el representante de Mundo Sano.
Por eso, es diferente si una persona infectada es atendida en una ciudad con más recursos para su diagnóstico y acceso al tratamiento, que para aquel que viva en un sector rural o suburbano desfavorecido.
Enfermedades olvidadas, una a una. La mayoría de estas enfermedades olvidadas son parasitarias transmitidas por insectos y por el suelo y agua contaminada a través de huevos de gusanos.
Estas son las enfermedades olvidadas o desatendidas, según datos de la OMS.
Las siete más prevalentes son: Helmintiasis, transmitida por el suelo. Afectan a más de mil millones de personas.
Esquistosomiasis: más de 200 millones la padece.
Elefantiasis: (filariasis linfática). Unos 120 millones.
Tracoma: Unos 80 millones ha sido afectado.
Oncocercosis: Unos 37 millones. Enfermedad de Chagas: Unos 7 millones.
Leishmaniasis: Más de 12 millones en el mundo.
Menos prevalentes: Dengue, rabia humana transmitida por perros, lepra, equinococosis, la enfermedad del sueño (tripanosomiasis africana), y úlcera de Buruli, enfermedad del gusano de Guinea (dracunculosis). Así también, treponematosis endémica, trematodiasis de transmisión alimentaria, teniasis y cisticercosis, micetoma, sarna y picadura de serpiente venenosa.
El impacto sobre la salud de estas enfermedades se traduce en ceguera (como en el caso del tracoma o oncocercosis), daño a los órganos internos (como chagas y leishmaniasis), deformaciones (como la filariasis linfática) y debilidades por anemias y retrasos en el crecimiento como la esquistosomiasis y helmintiasis.
Muchas veces los trastornos graves aparecen después de muchos años de persistir una infección, ya que algunas cursan de forma asintomática.

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