Las huellas de una iniciativa

Las huellas de una iniciativa

Desde el ascenso al poder del Presidente Danilo Medina, muchos pequeños y medianos productores han logrado acceso a alternativas crediticias más justas que la impiadosa usura. Y para poder calificar como sujetos de crédito, han llegado a conocer las virtudes de asociarse, o formar cooperativas. A su vez, el hecho de asociarse y acceder al crédito formal les ha puesto más cerca de asesoramiento y tecnologías para mejorar la productividad, diversificar la producción y acrecentar sus posibilidades de acceso al mercado externo.

Con todos los defectos que algunos les atribuyen, las visitas sorpresivas han dejado una huella positiva en la economía del campo, por efecto directo sobre pequeños núcleos productivos que han logrado dinamismo y crecer, y por el efecto indirecto a través de la demanda de bienes y servicios para la producción. Renglones agropecuarios que no pasaban de ser materia prima, han escalado el proceso de industrialización con innovación y notables ventajas.

La atención personalizada que el Presidente le ha dedicado al pequeño productor del campo debe entenderse como algo consustancial a la política de atención y fomento de las micro pequeñas y medianas empresas. Las visitas sorpresivas no son la solución definitiva de los problemas del pequeño productor del campo, pero sin duda son un buen intento en esa dirección.

Que la ira no suplante a la ley

La delincuencia y la impunidad son tan dañinas como el hecho de que la sociedad, hastiada, tome la ley por sus fueros para castigar a reales o supuestos delincuentes. En Villa Mella, una turba linchó a Germe Jiménez Martínez, de 18 años, quien junto a otros tres hombres habrían arrebatado su motocicleta a un ciudadano. En el ensanche La Paz, otra turba hirió de bala e intentó linchar a Carlos José Féliz Lora, a quien junto a otros acusan de atracar a ciudadanos.

Tan peligroso es una delincuencia descontrolada, como que se quiebre la paciencia de los ciudadanos, azotados por el foete delictivo e indefensos por ineficacia de los instrumentos de la ley. Lamentablemente, estos linchamientos parecen ensayos de una tragedia que no debería entrar en nuestra cartelera de Estado civilizado. Hace falta una justicia eficaz y oportuna.

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