Las mentiras políticas para dañar

Las mentiras políticas para dañar

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
En torno a las inversiones que ha solicitado el gobierno a través de la CDEEE para mejorar la producción eléctrica mediante concesiones a inversionistas, para que instalen plantas generadoras de energía esta vez de carbón, se ha suscitado una gama variopinta de intereses, que buscan por todos los medios torpedear los esfuerzos oficiales y hacer desistir a los inversionistas que ejecuten proyectos cuyo costos están por encima de los 800 millones de dólares.

El llamado de la CDEE para recibir ofertas de la instalación y operación de las plantas de carbón en el noroeste y el sur del país, fue atendido por varias empresas que luego algunas desistieron por lo estricto de las condiciones establecidas por la CDE, hasta que la entidad oficial seleccionó el consorcio que se llama Pepillo Salcedo, lidereado por la principal firma de China Continental en el ramo energético de la generación eléctrica la Sichuan Machinery, cuya propuesta lució atractiva para instalar dos unidades de 300 megavatios cada una en terrenos de la costa noroeste en la bahía de Manzanillo.

El hecho de que inversionistas chinos van a invertir tan elevada suma de dinero en el territorio dominicano a cambio de la energía que generarán en base al carbón colombiano que suministrará la CDEEE y colocarla en las redes de transmisión, revela un elevado grado de confianza que, como es natural, requiere de una garantía para que las entidades de financiamiento suministren el dinero al consorcio Pepillo Salcedo. De ahí la figura de la carta de crédito stand by para garantizar que mensualmente la CDEE cubra los compromisos de la energía servida a los distribuidores, pagándole al consorcio su trabajo, y al mismo tiempo, es responsable de pagar el carbón que llegará regularmente de Colombia. Esa carta de crédito de los $30 millones de dólares asegura que el flujo de dinero para la inversión inicial no se detendrá, y la misma estaría en vigencia cuando se inicie la operación de la primera unidad de los 300 megavatios, y si la CDEE paga con prontitud sus compromisos, tal suma permanecería intacta en las arcas del Banco de Reservas. La CDEE cobrará a los distribuidores la energía servida hasta garantizar un 90% para pagar el carbón y el costo de energía generada de 2,9 centavos de dólar el kilo al consorcio chino-dominicano.

La propuesta y el acuerdo de contrato no lo quieren entender los legisladores de la oposición, asesorados por un grupo de consultores económicos y técnicos muy peculiares, cuya trayectoria es conocida por la opinión pública por sus travesuras del pasado. Los legisladores, con su posición, alarmaron al país en un primer impacto con su flamígera actitud de rechazo al proyecto y manipularon muy burdamente las cifras, que no quieren entender o no pueden asimilar, con acusaciones falsas y alegres para asustar a las autoridades con el fin de que desistan del proyecto.

Los legisladores del PRD, y otros de la oposición, pretenden que el país siga sumido en la oscuridad y pagando una energía muy cara, saludable para quienes actualmente generan y la distribuyen. Si el costo con el proyecto de Pepillo Salcedo se reduce drásticamente por debajo de los 15 centavos de dólar, sería la salvación del sistema energético nacional.

Las responsables declaraciones, del administrador general de la CDEE el pasado jueves, para salirle al paso al rechazo de los senadores perredeístas, contribuyó a llevar a la opinión pública una posición muy clara del contrato con los chinos. El contenido de esas declaraciones es sustancialmente correcto en cuanto a enfrentar las tergiversaciones que los senadores emitieron en su documento y hace ver quiénes son los que no quieren que el país se sacuda de su estado de semi oscuridad en que vive sumido, donde solo los empresarios energéticos son los que se han beneficiado de la generación y distribución de una energía muy cara.

La oposición de los legisladores, obedeciendo mandatos de sus partidos, pretenden que el país siga sumido en la oscuridad y se perjudiquen los planes reeleccionistas del partido en el gobierno. Como se sabe, el PLD mantiene las preferencias electorales, pese a sus constantes errores, para lograr la victoria en mayo del 2008. Todavía están muy frescos en la memoria los calamitosos cuatro años del gobierno del PRD, que sumieron al país en el caos, el descrédito y la pobreza.

El Senado del PLD tiene una gran responsabilidad, se deja amedrentar por los colegas opositores en el hemiciclo y no aprueban la carta de crédito stand by y el país se sumergiría en un proceso muy delicado de atraso. O se sacude de sus temores, y con responsabilidad, y a la luz de las declaraciones del administrador general de la CDEE, procede a aprobar la misma para que en breve se inicie la construcción de las plantas, que en menos de dos años comience el país a recibir los beneficios de una energía barata.

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