Las muertes en el Robert Reid

Las muertes en el Robert Reid

Tenía que publicarlo la prensa y “entrar en shock” el Presidente de la República por el deplorable suceso, para que las autoridades reaccionaran en tropel ante la muerte de once niños, el fin de semana pasado, en el Hospital Infantil Robert Reid Cabral. El número es alto, si se toma en cuenta que todos los decesos ocurrieron viernes, sábado y domingo, pero no es la única cifra alarmante. Junio de este año, por ejemplo, acumuló 38 muertes de niños ocurridas en fin de semana en ese hospital. Y hay más.

Ahora, Ministerio Público, Policía y autoridades sanitarias persiguen a eventuales culpables por los once fallecimientos. Nosotros aspiramos a que no se olviden de perseguir también las causas, esas nefastas causas que mantienen inoperantes áreas vitales del Robert Reid, que determinan fallas como las que se atribuyen al sistema de oxígeno y los ascensores, que causan insuficiencia, deudas, desabastecimiento y degradación de los servicios.

Hay que perseguir posibles culpables de estas muertes, pero no limitar la investigación a meros chivos expiatorios. También hay que perseguir y castigar a los culpables de las causas. Hay que hacerlo de manera sistemática, sin necesidad de que sea la alarma de la prensa la que rompa la inercia de tanta gente que nunca reparó en el hecho de que en el Robert Reid mueren muchos niños en fines de semana.

POLÍTICA DE SALUD INCONSECUENTE

En un país en que los diputados pueden gastar RD$82 millones del erario en canastas navideñas, es una barbarie que al Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (Incart) apenas le entreguen 24 millones al mes, cuando en realidad necesita RD$60.4 millones. Un centro que introduce al país en el selecto grupo de naciones con capacidad para tratamiento ultramoderno del cáncer, no puede trabajar con una asignación cuyas tres cuartas partes se consumen en salarios.

El director del Incart, doctor Francisco Monegro Santos, expuso en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio las limitaciones financieras que afectan a este centro especializado. El contraste entre la alta tecnología y modernidad del Incart y su pobre presupuesto desnuda la inconsecuente política sanitaria del Estado para la atención de nuestra gente afectada de cáncer.

 

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