Las mujeres no callan abusos, su realidad las ‘amordaza’

Las mujeres no callan abusos, su  realidad   las ‘amordaza’

El silencio que muchas veces se critica a las mujeres víctima de violencia de género está dado por una serie de factores propios del ciclo de abuso, que lleva a los especialistas a concluir que no es que se mantienen calladas sino “amordazadas”.
“Es como amarrarte los pies y las manos, tirarte a la piscina y preguntarte: ¿por qué no nadas?”, señaló César Castellanos, psicólogo y experto en Neurociencia.
Al respecto el psicólogo Luis Vergés, director del Centro de Intervención conductual para Hombres de la Fiscalía del Distrito Nacional, explicó que por lo regular el primer caso de agresión se presenta en el primer año y de ahí pasan seis hasta que ocurre el desenlace fatal.
En la primera etapa se presenta lo que los psicólogos llaman el ‘comportamiento intermitente’, en que el hombre hace una pausa de varios meses sin agredirla y en ese lapso de paz la mujer recibe una ‘remuneración emocional’ que activa en ella la expectativa de que el hombre va a cambiar.
A eso se añade el segundo elemento que es la ‘disociación’ que es el fenómeno psicológico en que la persona no se ve como víctima si no que ve a su agresor como salvador, y en esa etapa también entra el elemento económico donde la violentada analiza en costo-beneficio.
“A veces la mujer magnifica lo que seria una salida con los hijos y abandonar la zona conocida. En esa magnificación hace el análisis costo-beneficio y concluye: mejor me quedo aguantando, no arriesgarme a algo peor. Todo esto confluye”, expresó Vergés.
“Hay que tener cuidado porque a veces somos muy severos con las mujeres porque no salen del círculo, señores la mujer que no sale o no ha salido no es porque no quiere, si no porque no ha podido”, agregó el especialista en terapia familiar y conductual.
La ‘escalada’ violenta. Así llaman los especialistas a las formas de violencia de mediana intensidad que van aumentando hasta que ocurre el feminicidio.
Vergés explicó que obedece a un principio muy demostrado científicamente y es que el nivel de intensidad de la violencia va a estar condicionado con el objetivo que busca la violencia.
Señaló que esos hombres comienzan poseyendo y controlando y mientras logran someter y controlar sin tener que apelar a un tipo de violencia extrema, todo se mantiene como si esto no estuviera pasando, por lo que observa que hay que tener cuidado con las cifras engañosas.
“Tu tienes temporadas que ves que no hay tantos feminicidios como el mes pasado y crees que se superó el problema, no necesariamente, muchas veces lo que hace la mujer es que adopta un estado de sumisión extrema, subornándose al capricho del agresor para no sufrir ese tipo de consecuencias, pero no podemos decir a la población sean sumisas y pleguense para que no las maten”, advirtió.
Sugiere a las mujeres no alejarse de sus círculos familiares que fungen como redes de apoyo primario ante el problema.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas