Para las principales empresas de exploración petrolera del mundo, esta es una época de transición.
Están subiendo los precios del crudo en tanto la Organización de Países Exportadores de Petróleo baja la producción por segundo año consecutivo. Nuevas eficiencias bajaron el costo de perforar en las fértiles cuencas de shale de Estados Unidos, lo cual llevó a las compañías estadounidenses de perforación a obtener una producción récord. Los inversores insisten en recibir retornos más altos. Y las empresas están lidiando con cambios en las normas impositivas de EE.UU.
Los primeros indicios de cómo se están preparando las grandes petroleras —una élite de empresas tan grandes que sus ventas anuales conjuntas superan a las economías de todos los países del mundo menos 15— para enfrentar esos cambios llegarán en los informes de ganancias del cuarto trimestre a partir de esta semana. Primero les toca a Royal Dutch Shell Plc, Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp.
Estas son las preguntas fundamentales que harán los inversores:
1. ¿Quién se queda con el dinero?
Lo que se preguntan todos es qué harán las petroleras con el dinero adicional que genera el barril de Brent a US$70. ¿Los accionistas recibirán más dinero en forma de aumentos de dividendos y recompras de acciones o aumentará el gasto? Durante el bajón, las superpetroleras redujeron gastos y se concentraron en la eficiencia. A algunos analistas les preocupa que ahora que volvieron a llenarse de dinero, las empresas abandonen la disciplina financiera que tanto les costó conseguir.
Gracias a años de recortes de costos, las empresas de exploración están comenzando a sanear sus balances y a calmar la inquietud por el financiamiento completo de los dividendos. Exxon y Shell dijeron estar generando suficiente dinero para cubrir los pagos.
2. ¿Impactará la reforma fiscal?
Las corporaciones estadounidenses celebran la reforma impositiva del presidente de EE.UU., Donald Trump, pero su impacto en las petroleras probablemente sea más tenue. Por lo general, las operaciones de exploración y producción en EE.UU. no pagan muchos impuestos porque invierten fuerte en proyectos durante muchos años antes de dar ganancias, por lo tanto no se beneficiarán tanto como otras industrias.
3. ¿Recibirá impulso la Cuenca Pérmica?
La producción de shale en EE.UU., que batirá un récord este año, revolucionó los mercados de energía, la geopolítica y el gasto en bienes de capital de las grandes petroleras. La Cuenca Pérmica, que era ignorada y considerada un nicho sin importancia, hoy es el yacimiento más prolífico del país y parte fundamental de los planes de Exxon y Chevron para los próximos diez años.
4. ¿Refinado, procesamiento y químicos?
En un mundo donde, según algunos analistas, la demanda de petróleo alcanzará su pico ya en 2030 debido al crecimiento de los vehículos eléctricos, las grandes petroleras saben que deben adaptarse para sobrevivir. Los máximos responsables de Exxon y Shell provienen de las divisiones de refinado y procesamiento, así como el futuro jefe de Chevron, lo cual plantea la pregunta de si las juntas de las empresas ven la necesidad a largo plazo de pensar más allá de la producción de petróleo y gas. El martes, el jefe de exploración y producción de BP, Bernard Looney, dijo que las energías alternativas harán que el petróleo quede obsoleto… la única pregunta es cuándo.