Las proteínas y los biocarburantes, motores de la agricultura mundial

Las proteínas y los biocarburantes, motores de la agricultura mundial

PARïS. La modificación de los regímenes alimentarios en los países en desarrollo y el auge de los biocarburantes van a orientar la agricultura de la próxima década hacia una producción vigorosa de proteínas, materias grasas y azúcar, afirman los expertos de la OCDE y la FAO.

La producción de cereales, que aumentará un 15% para alimentar a los seres humanos y al ganado, cederá terreno, según el informe «Perspectivas de la agricultura mundial en el período 2014-2023», publicado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos y la agencia de la ONU para la agricultura y la alimentación.

«El aumento de los ingresos, la urbanización y los cambios en los hábitos alimenticios contribuyen a un cambio hacia dietas más altas en proteínas, grasas y azúcar», reza el informe.   Al presentar la décima edición del informe, los directivos de ambos organismos señalaron que los precios agrícolas, presionados al alza últimamente, se van a calmar en los dos próximos años, si bien se mantendrán en unos niveles superiores a los de 2008.

«Ya no van a bajar, la época de los precios bajos ha quedado atrás», dijo desde Roma el director general de la FAO, José Graziano da Silva.   El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, lamentó el golpe que supone esto para los más pobres, y en particular los pequeños agricultores, «que no pueden sacar ventaja de estos precios altos del mercado, y dedican una buena parte de sus ingresos a alimentarse».

Según el informe, los dos tercios del aumento de la producción en todos los sectores agrícolas se deberán a los países en desarrollo, sobre todo de Asia y América Latina.   «Se prevé que en la próxima década la producción ganadera y de biocombustibles crezca a una tasa superior a la de la producción de granos», estiman ambas organizaciones.

Por eso, la OCDE y la FAO esperan una reorientación «en favor de los cereales secundarios ¡maíz, cebada¿ y las semillas oleaginosas, a efectos de satisfacer una creciente demanda de piensos y biocombustibles, y a expensas de cultivos alimenticios básicos como el arroz y el trigo».   La producción mundial de cereales en 2023 superará en 370 millones de toneladas la de los años 2011-2013, con un aumento estimado en el 12% para el trigo y en un 14% para el arroz.

«Las Américas reforzarán su posición exportadora dominante, tanto en términos de valor como de volumen», aventura el informe, que apuesta por un alza de la producción azucarera en un 20%.   Brasil será el motor de ese aumento gracias a la caña, que le servirá tanto para el mercado de azúcar como para el de etanol.   El texto prevé que los precios internacionales del azúcar se recuperen después de la caída de finales de 2013, gracias a una demanda mundial revigorizada.

Para los biocombustibles el informe estipula que los niveles de consumo y producción de estos van a aumentar en más del 50% la próxima década, «liderados por el etanol y el biodiesel obtenidos del azúcar».   África y Asia por su lado «aumentarán sus importaciones netas para satisfacer una creciente demanda».   Y aunque el comercio seguirá creciendo, lo hará «a un ritmo más lento que en la década anterior», matiza el informe.

También se espera un aumento nominal de precios a medio plazo para la carne, los productos lácteos y el pescado.   El informe subraya una fuerte demanda de importación de carne por parte de Asia, los que propicia niveles récord en el precio de la carne vacuna, y la emergencia de las aves de corral, en particular el pollo, como el producto cárnico más consumido.

En el capítulo de la pesca, el texto de la OCDE y la FAO realza la acuicultura como «uno de los sectores alimentarios de más rápido crecimiento», y destaca que en el caso del consumo humano superará este mismo año a la pesca de captura.   En definitiva, «el planeta producirá de sobra para alimentar a la humanidad, pero malgastamos un tercio, lo que es un sinsentido», dijo Gurría, que pide «concentrarse en la reducción de las pérdidas y en mejorar la productividad».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas