Las razones de que las oficinas ocupadas por hombres tengan más bacterias

Las razones de que las oficinas ocupadas por hombres tengan más bacterias

Las oficinas norteamericanas alojan más de 500 especies de bacterias, una cifra similar a la encontrada en baños y aviones de estudios anteriores.

Sin embargo, no todas las oficinas son iguales: las ocupadas por hombres tienen más microbios que las de mujeres.

Según los autores del estudio, en los países desarrollados millones de personas pasan el 90% de su tiempo en lugares cerrados, la mayoría trabajando ocho horas o más sin salir.

«Podemos afirmar que el lugar de trabajo es nuestro hábitat, y es muy importante saber qué contiene», comenta el coautor del estudio Scott Kelley, biólogo de la Universidad Estatal de San Diego.

«Los humanos somos la principal fuente de bacterias en las oficinas, por lo que estamos continuamente extendiendo la contaminación en nuestro hábitat», afirma Kelley.

«En general no es un problema. Sin embargo, sí lo es en lugares como hospitales o clínicas».

Kelley y su equipo escogieron tres ciudades con climas diferentes, Nueva York, San Francisco y Tucson (Arizona), y tomaron muestras de las superficies de 30 oficinas de cada una.

Para averiguar lo que había, cultivaron las bacterias en el laboratorio y analizaron su ADN.

Así, el equipo descubrió que las bacterias encontradas en Nueva York y San Francisco eran muy similares, porque se trataba de especies comunes.

En Tucson, sin embargo, encontraron especies distintas que se han adaptado al ambiente desértico de la zona.

Los microbios suelen caer desde arriba e instalarse en las superficies. «Me sorprendió todo lo que había y hasta qué punto se debe a nuestra colaboración», declara Kelley.

Las oficinas masculinas, en peor estado.

Del mismo modo, el equipo concluyó que hay una mayor concentración de bacterias en teléfonos y sillas.

En cuanto a los teléfonos, puede tener lógica, ya que los usuarios acercan mucho la boca al auricular. «El caso de las sillas es más difícil de explicar», admite Kelley.

Quizá se deba simplemente a que es más fácil recoger muestras de una silla que de otras superficies, como los teclados.
Por otra parte, Kelley tiene dos hipótesis para explicar por qué se acumulan más bacterias en las oficinas ocupadas por hombres.

Una guarda relación con la higiene. «Se suele considerar que los hombres son más descuidados», y estudios anteriores han demostrado que se lavan las manos y los dientes menos a menudo que las mujeres.

Otra razón podría ser que los hombres son, sencillamente, más grandes. Tienen las manos y la boca más grandes que las mujeres y, por tanto, más espacio para las bacterias.

En general, sin embargo, no hay nada que temer, según Kelley. «No quiero que la gente empiece a tenerle miedo a su lugar de trabajo».

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